El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante la reunión del Comité Federal del PSOE. | Efe

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El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha aceptado hoy la petición de la cúpula del PSOE para presentarse a las primarias que dilucidarán quién será el candidato en las próximas elecciones generales, pero ha dejado claro que lo hace para ganar y no para tener una derrota digna.

Rubalcaba ha anunciado esa disposición tras una semana «regular» en su intervención al término del Comité Federal del PSOE que ha aprobado el proceso de primarias y en el que la cúpula socialista le ha avalado por unanimidad para que compita en este proceso interno del que saldrá el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero como cartel electoral.

«Llevo 37 años en el PSOE y siempre he estado a disposición de mi partido y de mi país y no voy a dejar de hacer algo que he hecho durante toda mi vida», ha proclamado.

Y lo hace convencido «honestamente» de contar con mucho apoyo de la gente y por tres razones: por sus ideas, por los simpatizantes y militantes y por los dirigentes socialistas, sobre todo por aquellos que se han presentado a las elecciones del 22-M y que han perdido por ser del PSOE.

Lo hace además consciente de que el partido se lo ha dado todo y que ahora, al darle algo tan importante como su confianza para encabezar la candidatura socialista, no puede negarse: «Es muy importante tener la confianza de tu gente cuando lo que tratas es de pedir la confianza de la gente», ha agradecido.

Pese a que no los ha mencionado expresamente, Rubalcaba se ha dirigido a quienes sugieren que los socialistas le han escogido a él para perder por la mínima en las próximas elecciones generales y ha dicho tajantemente que él no se presenta para tener «una derrota digna», sino para lograr «una victoria democrática» con la que desarrollar el proyecto socialista.

Así las cosas, ha querido hacer un «pacto» con sus compañeros de filas y les ha hecho una petición expresa: «Que tengáis tantas ganas de ganar como yo, que tengáis tanta seguridad de que podemos ganar como yo, y que tengáis tanta determinación para ganar como yo. En esas condiciones, contad conmigo y a por todas».

Rubalcaba sale con el aval del Comité Federal -una de las tres vías que establece la normativa interna para concurrir a las primarias- y se ha comprometido a salir a pedir el voto de la gente para el PSOE si es elegido finalmente candidato.

Ante sus compañeros, ha hecho hincapié también de que se siente responsable «de todas y cada una» de las decisiones adoptadas por el Gobierno de Zapatero.

Precisamente a Zapatero ha dedicado una parte de su discurso y ha sido para agradecerle la confianza que ha depositado en él y decir que el líder del PSOE es «un corredor de fondo», a quien el tiempo agradecerá las medidas y las reformas que ahora está liderando.

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«Muchas de las cosas que has hecho verán sus frutos dentro de algún tiempo», ha resumido, y ha puesto como ejemplo la reforma de las pensiones de 1985, que el PSOE tuvo que sacar adelante completamente solo, incluso con la UGT en contra, y ahora nadie duda de la bonanza del sistema español.

El vicepresidente, que concurrirá al proceso de primarias con la posibilidad de ser el único candidato, ha asegurado que ha pensado mucho en este reto y que da el paso tras una reflexión «larga y profunda» y sobre todo sabiendo el proyecto en el que se embarca.

Rubalcaba se ha felicitado de que en su partido se hayan respetado los tiempos y las formas y de que no se haya hablado de sucesión desde que Zapatero comunicó su renuncia el pasado 2 de abril. «Me voy a presentar a las primarias y éste es el sitio, el momento y el lugar para decirlo», ha apuntado.

Según ha desvelado, la decisión de hoy no es improvisada, sino que llevaban mucho tiempo trabajando en ella, incluso desde antes de que se conociera públicamente la decisión de Zapatero.

Quiere el vicepresidente que en el PSOE empiecen desde hoy mismo a pensar en el futuro y a aportar nuevas ideas para un nuevo proyecto, que tenga «en el corazón» el compromiso de generar empleo pero conscientes de que tienen que cambiar «muchas cosas» para modernizar el estado del bienestar.

Para ello, ha considerado necesario recordar que los socialistas son los «arquitectos» del mismo, quienes han promovido todos los grandes procesos transformadores, de reforma y de modernización, pero sabiendo también que ahora hay que «innovar» y que no basta sólo con avisar a los ciudadanos del riesgo de recortes que hay con un gobierno del PP.

No pueden consentir los socialistas, ha manifestado, que el estado del bienestar sea en el siglo XXI «un recuerdo vago» de lo que fue en el XX, sino que hay que hacer de él «una realidad pujante» y defender los derechos y las libertades por las que tanto han «peleado», especialmente en estas dos legislaturas.

Como ministro de Felipe González y Zapatero, ha asegurado que se presenta con el bagaje de todos los gobiernos socialistas y con la idea de acabar el proyecto de modernización que «ha dejado José Luis».

No han faltado las bromas en su discurso, como el momento en el que ha agradecido a Zapatero que haya acabado con la «historia negra» de que él, atleta en su juventud, no corrió los cien metros lisos en menos de once segundos. «Bajé de once, por poco, pero bajé de once».

Incluso es tal su agradecimiento por eso que él, reconocido madridista, está dispuesto a secundar esta noche a Zapatero en sus preferencias futbolísticas e ir con el Barcelona en la final de la Champions.