A veces «se abusa de la palabra consenso» en las decisiones asamblearias, han señalado estos «indignados», que han afirmado que la asamblea general «se nutre» de gente que no está acampada.
Han lamentado que la asamblea funciona a veces como lo hacen los políticos tradicionales y que da la impresión de que está manipulada.
Carlos, de 25 años, y Víctor, de 24, y algunos compañeros más llevan durmiendo entre dos y tres semanas en tiendas instaladas junto a la estatua de La Mariblanca.
«Debemos crear algo con más ambición a partir de aquí», comenta Carlos, mientras que Víctor considera que «a lo mejor hay que organizar «acciones a corto plazo», que no ha querido precisar.
Otros, sin embargo, tienen claro que se van hoy, pero precisan que continuarán hasta la noche.
Algunos más, procedentes de Alcorcón, ya han recogido sus enseres pero no tienen claro si el movimiento proseguirá en esa localidad madrileña porque hay compañeros a favor, otros en contra y otros dudan.
Otro grupo se va al barrio de Vallecas a seguir con la protesta.
Mientras, continúa sin incidentes el desmantelamiento, apoyado por equipos de limpieza del Ayuntamiento de Madrid.
Se está desocupando la zona donde estaban instaladas las comisiones y los grupos de trabajo, mientras que el área cercana a La Mariblanca, donde están las tiendas personales, aun continúa en pie.
Cerca de una decena de personas se han bañando en una de las fuentes de la plaza, en tanto que algunos acampados están cocinando en infiernillos.
Otro grupo va recorriendo el campamento con un cartel que dice: «Mudanzas 15-M», mientras corea «No nos vamos, nos expandimos» .
También se oye de vez en cuando algún grito a favor de la huelga general.
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