Fernández de Mesa y Cosidó, del 'ala dura' del PP y azote de Rubalcaba en el 'caso Faisán'. Fotos: EFE | Lavandeira/Chema Moya

TW
0

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha puesto fin al mando único de la Policía y la Guardia Civil creado por Alfredo Pérez Rubalcaba en 2006, con el nombramiento de dos directores generales, uno por cada institución: Ignacio Cosidó en la Policía y Arsenio Fernández de Mesa en la Guardia Civil.

El Gobierno socialista aseguró en su día que el mando único mejoraría la «eficacia» y la «coordinación» entre ambas fuerzas de seguridad y evitaría solapamientos en el servicio que prestan a los ciudadanos.

«Ineficiente e ineficaz»

El argumento utilizado ahora por Fernández Díaz para acabar con una dirección general conjunta es precisamente que, a su juicio, se ha demostrado «ineficiente e ineficaz» para coordinar ambos cuerpos.

Según el titular de Interior, los mandos separados permitirán optimizar las identidades singulares de ambos cuerpos de seguridad en la lucha contra el terrorismo o el crimen organizado.

A partir de ahora, la coordinación entre ambos directores generales correrá a cargo del secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, 'número dos' del Ministerio del Interior.

Desde que se creó el mando único en 2006 solo han pasado por el cargo dos directores generales conjuntos: Joan Mesquida, que ocupó el puesto de septiembre de ese año hasta abril de 2008, y Francisco Javier Velázquez, relevado ayer.

La reorganización de la cúpula policial ha sido acogida con satisfacción por los principales sindicatos de policía y asociaciones de guardias civiles, que habían calificado de «experimento» el mando único.