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La Embajada de España en Washington negó hoy que Iñaki Urdangarin utilizara sus instalaciones oficiales y sus servicios para sus actividades privadas, como afirma un artículo publicado hoy en un diario nacional.

«En relación con la información aparecida en la portada y en las páginas 8 y 9 del diario La Gaceta de los Negocios en su edición de hoy, firmada por Javier Sedano, la Embajada de España en Washington desmiente rotundamente la totalidad de su contenido por no ajustarse a la verdad», señala la Embajada en un comunicado.

Según el artículo, que cita a miembros del departamento de Seguridad y Protección de la legación, el duque de Palma «abusó sin vacilaciones» de la misión diplomática española y recurrió «a su antojo» al uso de «vehículos oficiales y de determinados despachos y salas», entre otros servicios.

«Es rigurosamente incierto que D. Iñaki Urdangarín haya utilizado en ningún momento las instalaciones y servicios de la Embajada de España en Washington para la realización de cualquier actividad», insiste el comunicado de la legación diplomática.

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Agrega que, «en consecuencia, es igualmente falso que esta Embajada haya elevado queja alguna al Ministerio en relación con unos hechos que nunca se han producido».

Según el artículo periodístico, el actual embajador de España en Estados Unidos, Jorge Dezcallar, «hizo llegar en varias ocasiones al Ministerio de Asuntos Exteriores su disconformidad con las acciones y las formas empleadas por el Duque de Palma», y añade que la respuesta que recibió fue siempre «silencio».

«La Embajada lamenta que el citado diario no se haya dirigido previamente a la misma para contrastar esta información», concluye el comunicado oficial.

Urdangarín fue imputado el 29 diciembre en un caso de presunta corrupción cometida a través del Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro que creó y presidió entre 2004 y 2007.

En una declaración telefónica a Efe en Washington en noviembre, el duque de Palma afirmó que defendería su «honorabilidad e inocencia en este asunto» desde la convicción de que su «actuación profesional ha sido siempre correcta».