Un delegado de la CAM es increpado por miembros de la Plataforma de Afectados por las Cuotas Participativas de esta entidad, a las puertas del Aula Cultural de la CAM. | Efe

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La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) ha entrado hoy en proceso de liquidación, tras 137 años de historia, con valor cero de sus cuotas participativas, pese a que los miembros de la última asamblea general han votado por mayoría en contra de esa amortización por entender que perjudica a miles de clientes.

La asamblea que ha puesto fin a la centenaria CAM, cuyo germen es la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alcoy de 1875, se ha celebrado presidida por José Antonio Iturriaga, Tomás González y Benicio Herranz, los interventores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y el directivo Bernardo Chuliá, y se ha prolongado durante más de cuatro horas.

En un ambiente tenso, los asambleístas han sido recibidos con pitos, gritos e insultos por cerca de un centenar de titulares de las cuotas participativas, que representan a unos 54.000 afectados, y de tenedores de participaciones preferentes, y se han vivido momentos de gran crispación con algún empujón que no ha ido a más por la presencia de un fuerte dispositivo policial.

Los directivos que llevaron a la CAM a la intervención por el Banco de España, como el expresidente Modesto Crespo y los exdirectores generales Roberto López Abad y María Dolores Amorós, no ha acudido a una cita donde que ha reunido a un centenar de personas, aunque sí estuvieron otros exdirigentes como Armando Sala y Enrique Garrigós, que han sido increpados por los manifestantes.

Según han informado a los periodistas algunos delegados, dos terceras partes de los presentes ha rechazado en votación el punto clave de amortizar a cero las cuotas participativas, aún sabiendo que esta medida era defendida por los administradores del FROB y a que la decisión de la asamblea no era vinculante.

Este hecho ha provocado que técnicamente no se pudiera votar el siguiente punto importante, la posible transformación de CAM en una fundación de carácter especial para la futura atención de la faceta más social de la extinta entidad financiera.

Ante esta situación, se han designado dos interventores, Enrique Puig y Salvador Piles, para que participen en el proceso de liquidación y disolución de CAM que se abre ahora y que estará dirigido por el FROB.
El responsable de Personal de CAM, Carlos Navarro, ha afirmado que a partir de hoy se abre la liquidación y que el dinero resultante pasará a las fundaciones ya existentes ligadas a la entidad, entre ellas una denominada Fundación Cultural CAM.

«La idea del FROB era que la asamblea general refrendara sus acuerdos, que nos adhiriéramos a sus decisiones para un lavado de imagen pero hemos decidido que las cuotas participativas no se pueden amortizar a cero», ha señalado.

Para el portavoz de la Plataforma CAM de afectados, Carlos Pena, el rechazo de la asamblea a dejar en cero el valor de las cuotas debería obligar al FROB o al Banco Sabadell a asumir la devolución de los 292 millones de euros que se vendieron en cuotas, aunque parece poco probable que ocurra.

La CAM que ahora expira es independiente del Banco CAM, a cuyos fondos han pasado en los últimos años toda la actividad financiera de la primera y que el 22 de julio de 2011 fue intervenido por el Banco de España y posteriormente vendido al Banco Sabadell, que ya es el nuevo propietario.

Esta última asamblea se produce un día antes de que empiecen en la Audiencia Nacional de Madrid las declaraciones de cinco exdirigentes de CAM por su controvertida gestión, concretamente las de Vicente Soriano y Teófilo Sogorb (10 de julio), Modesto Crespo (11), Roberto López Abad (12) y María Dolores Amorós (13 de julio).