Albert Sterm, de Médicos del Mundo, en el Sahara, uno de los repatriados . | Paco Campos

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El Gobierno aseguró ayer que decidió la repatriación de los cooperantes españoles en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf debido a que tenía información de un secuestro inminente, una amenaza que no va a impedir el viaje que la próxima semana piensan hacer a la zona una veintena de cooperantes.

Ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien, en rueda de prensa, ha vuelto a justificar la decisión de repatriar a los cooperantes: «Puedo garantizar -ha dicho- que sabíamos que se iba a producir este secuestro. Los indicios que tenemos son ciertos e inminentes».

Una aclaración que ha llegado después de las dudas suscitadas por parte del Frente Polisario y de asociaciones solidarias con el Sahara que han llegado a interpretar la repatriación como una operación de imagen del Gobierno.

Servicios de inteligencia

El titular de Exteriores ha señalado que los datos recabados de los servicios de inteligencia españoles y de otros países apuntaban a un secuestro por parte de grupos terroristas procedentes del norte de Mali, y ha confiado en que la retirada sea temporal.

Esa es la intención de las asociaciones pro-saharauis, que ya preparan un viaje de veinte cooperantes a Tinduf el día 7 de agosto, según ha anunciado a Efe el coordinador de CEAS Sahara, José Taboada.

Un viaje en el que se entregará ayuda humanitaria y que no estaba previsto en principio, pero que Taboada ha explicado que es respuesta a la «acción grave» del Gobierno y al «miedo que se está intentando crear en la sociedad española» para no visitar los campamentos.

También el presidente de «Mundo Bat», Iñaki Markiegi, ha avanzado que cooperantes de esta organización no gubernamental regresarán el 10 de agosto a Tinduf, al tiempo que ha calificado de «desconcertante» la justificación del Gobierno.

Ante estos anuncios, Margallo, tras recordar que ha habido desde 2007 catorce españoles secuestrados en África, ha señalado: «Pueden volver si quieren, pero tienen que saber que cualquier cosa que les pase les afectará a ellos y a todos los españoles».

Pero ha subrayado que el Gobierno sigue manteniendo el mismo compromiso con el pueblo saharaui y ha recordado que España sigue siendo el primer donante de ayuda a la zona.

En ella permanece en la actualidad un único español, José Oropesa, que ha decidido seguir en los campamentos pese a la advertencia del Gobierno y que ha explicado que tuvo que firmar un documento eximiendo al Ejecutivo de toda responsabilidad sobre su persona o sus bienes.