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Dejar sin asistencia sanitaria gratuita a 150.000 inmigrantes sin papeles -que es lo que ocurrirá a partir del 1 de septiembre- no es solo un ejercicio de «insolidaridad» hacia esas personas, sino un error mayúsculo que va a acabar pagando toda la sociedad, porque podría derivar en un problema de salud pública, según denunció ayer la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano.

En un acto del PSOE en la localidad alicantinade L'Alfàs del Pi, Elena Valenciano puso varios ejemplos de un escenario que calificó de desolador. «Cuando los sin papeles ya no tengan tarjeta sanitaria para acudir al ambulatorio las urgencias se colapsarán, los enfermos crónicos empeorarán por falta de atención, lo cual hará que su tratamiento, a medio o largo plazo, se encarezca; hay enfermedades infecciosas que deben ser atajadas o se generalizarán las epidemias», señaló.

Desmontaje sanitario

«Se puede ahorrar de muchas maneras, pero no ahorremos sobre los más débiles y no hagamos que el gasto en el futuro sea muy superior a lo que se pretende ahorrar con esta medida», aseguró la dirigente socialista tras reunirse con colectivos sociales y sanitarios en L'Alfàs del Pi.

«Dentro de 15 días el sistema público sanitario español quedará desmontado por la puerta de atrás. Se quiebra el modelo acordado por todos los españoles en los últimos años, que ha supuesto, entre otras cosas, la mejora de la salud pública del país», aseveró Valenciano.

Para la número dos del PSOE, «la crisis económica no puede suponer que pongamos también en crisis todos nuestros valores, no puede servir de coartada para desmontar este estado social y desde luego no la pueden pagar los más débiles, y si seguimos así dentro de un tiempo, cuando nos miremos, es posible que no nos reconozcamos».

Según Elena Valenciano, «habrá en España una sociedad dual si se siguen consolidando estos recortes».