La Fiscalía de la Audiencia Nacional recurrió ayer la libertad condicional del preso de ETA enfermo de cáncer Josu Uribetxeberria Bolinaga y pidió que se revoque y quede sin efecto su excarcelación, al considerar que su vida no corre un riesgo «inminente» y no consta su arrepentimiento.
El recurso presentado ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por el fiscal coordinador de Vigilancia Penitenciaria, Pedro Rubira, argumenta que la decisión del juez José Luis Castro de aprobar la excarcelación de Uribetxeberria no cumple los requisitos legales, ya que padece una enfermedad grave e incurable, pero no se encuentra en situación de «peligro patente para su vida».
Otro de los argumentos del recurso es que el juez ha vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva al no haber notificado al fiscal las diligencias finales ni el informe médico del pasado 22 de agosto sobre el estado del recluso, que le daba una esperanza de vida de nueve meses, por lo que pide la nulidad de las actuaciones.
Así, la Fiscalía resalta que para conceder la libertad condicional a enfermos graves e incurables, el artículo 92.3 del Código Penal exige que concurra un «peligro patente para la vida del interno», que sea mayor de 70 años o que sufra una enfermedad muy grave con «padecimientos incurables», en cuyo caso no es necesario cumplir ningún otro requisito.
En el caso de Uribetxeberria, según el fiscal, los informes médicos no señalan que se encuentre en fase terminal ni riesgos para la vida del interno por permanecer en la situación de tercer grado, por lo que «resulta imprescindible formular declaración de arrepentimiento» por parte del penado, como establece el artículo 92.1 del Código Penal.
Asimismo, insiste en que el juez ha vulnerado las garantías esenciales del procedimiento, y califica de «difícilmente compatible con las reglas de la buena fe y la lealtad procesal» que no diera traslado a la Fiscalía del informe médico del 22 de agosto sobre Uribetxeberria.
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José Antonio Ortega Lara permaneció durante 532 días en un sótano a escasos metros del rio Deva, en Mondragón, en un espacio de 3 metros de largo por dos y medio de ancho y con una altura de un metro ochenta centímetros,sólo podía dar tres pasos, con una pequeña bombilla, comió sólo frutas y verduras, hizo sus necesidades en un orinal en el que le proporcionaban el agua para asearse. Perdió 23 kilos, masa muscular y densidad ósea, sufre trastornos del sueño, estrés postraumático, ansiedad y depresión.