Fotografía de archivo (01/07/2009) del portavoz de la antigua Batasuna Arnaldo Otegi. | Efe

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El portavoz de la antigua Batasuna Arnaldo Otegi pide sus «más sinceras disculpas» a las víctimas de ETA y afirma que lo siente «de corazón» si desde su posición política ha añadido «un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a sus familias».

Otegi se pronuncia así en un extracto del libro-entrevista «El tiempo de las luces» que ayer publicó el diario Gara y que saldrá a la venta el próximo 28 de septiembre.

Este dirigente de Batasuna, que cumple una condena por pertenencia a ETA y está recluido en la cárcel de Logroño, asegura también que la izquierda abertzale «ha reconocido y reconoce el dolor causado» a todas las víctimas y resalta que habla en nombre de todos los portavoces de esta opción política.

Arnaldo Otegi reconoce que ha sido militante de ETA y que ha practicado «la lucha armada» durante el franquismo al entender que existían «circunstancias políticas o sociales excepcionales».

Sin embargo, añade: «Si hoy alguien me pidiera consejo sobre qué vías de lucha utilizar en cualesquiera circunstancias, le diría con claridad que las vías de lucha pacífica y desobediente, tanto por cuestiones éticas como políticas».

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Habla también sobre el debate que se produjo en la izquierda abertzale en relación a la práctica del terrorismo y reconoce que «es evidente que existió una crisis porque había dos visiones contrapuestas», aunque destaca que «no se contempló una posible ruptura interna».

En concreto relata que «hubo momentos de gran tensión» interna a raíz de los asesinatos del empresario Inaxio Uria, el exconcejal del PSE-EE Isaías Carrasco o la colocación de una bomba en el campus de la universidad navarra del Opus Dei.

«Nos hicimos cargo de la dirección de la nave -agrega- y viramos, no sin oposición, el timón 180 grados. No fue una tarea fácil, hubo grandes tensiones y un enorme desgaste humano y personal, pero lo importante es comprobar que hoy todos navegamos en el mismo barco y con la misma dirección».

En otros puntos del libro habla sobre la ruptura del diálogo que mantuvieron Batasuna con el PSOE y el Gobierno español con ETA en mayo de 2007 en Ginebra, y comenta que algunos representantes de la comunidad internacional le aseguraron que el entonces ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había afirmado que los dirigentes de la izquierda abertzale serían detenidos y encarcelados, como sucedió posteriormente.

Sobre el Gobierno del PSOE afirma que «tuvo tiempo suficiente para hacer gestos, que tenía comprometidos con la comunidad internacional como, por ejemplo, el tema de los presos enfermos, pero renunció a hacerlo».

Según Otegi, Rubalcaba fue el responsable de esta renuncia al creer que «el proceso de paz le restaba posibilidades electorales del Ebro para abajo».