Varios dirigentes socialistas, visitando las instalaciones donde celebran su conferencia política.

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El 'rescate fiscal' a los más necesitados que propondrá el PSOE en su conferencia política beneficiaría a unos cinco millones de desempleados y pensionistas y supondría devolver a los ciudadanos unos 5.000 millones de euros, según los cálculos realizados por el equipo económico de los socialistas.

Ésta es una de las medidas que se prevé que se aprueben en la conferencia política del fin de semana, que reune en Madrid a un millar de militantes y representantes de la sociedad civil, con voz y voto, que dibujarán el proyecto del partido para la próxima década.

Se trata de una especie de «escudo fiscal para quienes más lo necesitan», explicaron fuentes del PSOE, que enmarcaron la iniciativa dentro de la reforma fiscal en profundidad que ya está contemplada en la ponencia marco de la conferencia. La crisis económica está castigando especialmente a los parados y trabajadores con menos ingresos, que se han empobrecido rápidamente por la bajada de los salarios, los recortes en el gasto y servicios públicos y «la mayor subida de la democracia» en impuestos y tasas, según argumentan los socialistas.

Con esta reforma fiscal, basada en la progresividad y la equidad, el PSOE quiere proteger fiscalmente a los sectores que más dificultades están pasando y que son los más perjudicados por la crisis.

Así, la propuesta -dirigida a parados, pensionistas y trabajadores con hijos a su cargo y con rentas inferiores a 16.000 euros anuales- pretende que estos colectivos no paguen el IRPF, lo que aumentaría su renta disponible.

En concreto, y según los cálculos del PSOE, unos cinco millones de personas podrían beneficiarse de esta medida, gracias a la cual esos ciudadanos tendrían en conjunto 5.000 millones de euros más para el consumo.

Actualmente, las prestaciones por desempleo tributan en el IRPF como rendimiento del trabajo como si fuera un sueldo más y, por lo tanto, se les aplican las correspondientes retenciones.

Junto a esta propuesta, la reforma fiscal de los socialistas apuesta por que paguen impuestos «los que tienen que pagar y no pagan» y que paguen más los que más ingresos, rentas y patrimonio tengan.

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