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Madrid ha despedido hoy a Adolfo Suárez con honores de Estado en una solemne y emocionante ceremonia en la que miles de ciudadanos han acompañado al primer presidente de la democracia para expresarle su gratitud con aplausos y vítores.

El último homenaje de los madrileños a Suárez ha empezado con la salida del féretro del Congreso de los Diputados -donde durante 24 horas ha estado instalada la capilla ardiente-, mientras sonaba música fúnebre, escoltado por un piquete de honor del Regimiento Inmemorial del Ejercito de Tierra.

En presencia de la familia y de las principales autoridades y representantes políticos y ante compañías de los tres ejércitos y la Guardia Civil, el cortejo fúnebre se ha parado a los pies de la escalinata de la Puerta de los Leones del Congreso para escuchar el himno nacional.

Un momento de profundo silencio roto poco después por el aplauso de la multitud congregada en la Carrera de San Jerónimo, donde se ha iniciado el desfile militar que ha rendido honores de Estado a Suárez.

Envuelto en la bandera española y en un armón de artillería tirado por cuatro caballos, el féretro ha iniciado su recorrido solemne hacia la Plaza de Cibeles, el último destino del expresidente antes de su partida a Ávila.

Detrás de él, un soldado del ejército del Aire portando el Toisón de Oro que le concedió el Rey y un marinero con el Collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, que ayer otorgó el Gobierno a título póstumo al expresidente.

Los hijos y nietos de Suárez caminaban detrás del féretro y tras ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañado de los del Congreso y del Senado -Jesús Posada y Pío García Escudero-, seguido del resto de los miembros del Ejecutivo, representantes de las altas instituciones del Estado, presidentes autonómicos y los principales líderes políticos.

Aplausos, vítores y «bravos» de los ciudadanos se iban escuchando al paso del cortejo fúnebre en todo ese camino hacia la Plaza de Cibeles, donde los congregados han expresado su reconocimiento con gritos de «Gracias presidente» o «Viva Suárez».

Numerosas personas asomadas en los balcones de los edificios de la Carrera de San Jerónimo, incluido el del Hotel Palace, han querido también presenciar esta despedida a Suárez, en la que unos ciudadanos le proclamaban como «el mejor presidente de España» y como un «ejemplo» y otros aprovechaban para lanzar algún reproche a la actual clase política.

«Aprended de Suárez» o «Suárez más honrado que vosotros», han sido algunas frases que se han podido escuchar entre los congregados, algunos de los cuales portaban una gran bandera de España, en la que también estaba escrito ese «gracias presidente», que ha sido tan repetido.

Ya en la emblemática Plaza de Cibeles, el armón de artillería con el féretro ha quedado flanqueado, a un lado, por la familia, y al otro por las principales autoridades, entre las que estaban también el presidente del Tribunal Constitucional, el fiscal general del Estado y la defensora del Pueblo.

Ha sido en ese momento cuando ha vuelto el silencio. La compañía del Ejercito de Tierra, que escoltaba el cortejo, ha dado el toque de oración y la descarga de fusilería, que ha emocionado a algunos de los presentes y ha dado paso a un último desfile militar al son de música fúnebre.

Una vez que las tropas han salido de la plaza, el ataúd con los restos mortales del primer presidente de la democracia ha sido llevado hasta un coche fúnebre que lo traslada a Ávila, en cuya catedral será enterrado hoy junto a su mujer, Amparo Illana.

El coche fúnebre y el cortejo con la familia en otros vehículos han sido despedidos de nuevo por el aplauso de los ciudadanos y esta vez también de las autoridades presentes.

Motoristas de la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han escoltado el coche fúnebre por las calles de Madrid, mientras que los viandantes se iban parando a su paso para dar a Suárez un último adiós con aplausos.