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Entidades vecinales y sociales catalanas han iniciado una ronda de contactos para crear en las próximas semanas un «amplio frente común» ciudadano que se querelle contra el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y ejerza la acusación particular en la causa abierta contra él.

En un comunicado, las federaciones de vecinos de Cataluña y Barcelona CONFAVB y FAVB y algunas entidades sociales, como el Observatorio de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), llaman a la sociedad civil a querellarse contra Pujol, para que se investigue el origen de la fortuna que confesó haber ocultado al fisco durante 34 años.

El movimiento vecinal catalán considera que debe investigarse si la fortuna evadida por Pujol proviene de una herencia no declarada, como afirma el expresidente catalán, o «de actividades delictivas, como el cobro de comisiones por concesión de obra pública o el desvío de fondos».

Para las asociaciones vecinales, en un momento en el que Cataluña se encuentra en una «encrucijada de la historia» porque quiere decidir su futuro, es necesario «hacer limpieza» y «soltar el lastre de la corrupción» para construir «un régimen transparente y participado por una ciudadanía consciente y activa».

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Las entidades vecinales quieren que esa demanda de transparencia se convierta en un «clamor popular», por lo que han emprendido una ronda de contactos con sindicatos, fuerzas sociales y movimientos democráticos catalanes para crear un amplio frente que «confiera la fuerza y la legitimidad necesarias» para presentar la querella contra Jordi Pujol.

«La sociedad civil catalana, afectada en primera persona, debe intervenir decididamente para obtener una aclaración total de los hechos y sus implicaciones», añaden los colectivos vecinales en su comunicado.

En su opinión, resulta «vergonzoso e intolerable» que una persona que se presentaba «como padre de la patria y se envolvía con la 'senyera' cuando se cuestionaba su honradez reconozca ahora que ha estado defraudando sistemáticamente a la hacienda pública».

Para la CONFAVB y la FAVB, la confesión de Jordi Pujol, «con todas las apariencias de ser un cortafuegos ante posibles revelaciones o una coartada», no es un asunto personal ni aislado, sino «un episodio de fin de época».

«La caída de Pujol es la de un actor caudal del régimen heredado de la transición. Y, sorprendentemente, el escándalo proyecta una luz cruda sobre los entresijos de las últimas décadas de nuestra historia», añaden.