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La Fiscalía ha pedido un total de 74 años y tres meses de cárcel para las 14 personas detenidas durante los disturbios tras la manifestación del 15 de mayo de 2011 convocada por 'Democracia Real Ya' y 'Juventud sin futuro' y que fue el germen del movimiento 15M.

Unas 3.000 personas acudieron a la marcha desde la plaza de Cibeles hasta la Puerta del Sol. A su término, sobre las 21 horas, «unas 300 personas trataron de provocar altercados con las fuerzas policiales allí presentes, arrojando contra ello objetos contundentes, colocaron barricadas, destrozaron mobiliario público, escaparates, vidrieras de establecimientos comerciales, llegando hasta la Gran Vía, a la altura de Callao, donde cortaron el tráfico».

Finalmente, fueron detenidas 19 personas, una de ellas era menor de edad en el momento de los hechos. La causa judicial de otros cuatro ha quedado archivada durante la instrucción. Ninguno de los 14 imputados restantes, con edades comprendidas entre los 18 y los 16 años, tiene antecedentes penales y fueron acusados por distintos delitos de desórdenes públicos, daños, resistencia, faltas, lesiones y atentado a agente de la autoridad.

En su escrito ante el Juzgado, la fiscal pide en todos los casos salvo para uno penas superiores a dos años de cárcel, pena mínima para entrar en prisión sin antecedentes una vez condenado. Además, diez de ellos se enfrentan a 6 años de cárcel, además de las indemnizaciones e inhabilitaciones en cada caso.

Así lo expone el fiscal en su escrito, remitido a los Juzgados de Instrucción número 40 de Madrid. Añade que en ese grupo de 300 alborotadores están las personas que resultaron detenidas por diferentes circunstancias.

Por ejemplo, uno de ellos, D.M.R., está acusado de arrojar una botella de cerveza grande contra los agentes, sin causar heridas, quemar y patear papeleras y levantar una tapa de alcantarilla y tirarla contra un comercio. Le pide un año y medio de cárcel por desórdenes públicos y otro año por daños.

Pero a la mayoría de los arrestados el Ministerio Fiscal pide para seis años de cárcel. Este es el caso de F.R., por tirar lanzar dos botellas de cristal a los agentes que protegían el edificio de la Comunidad de Madrid. Está acusado de un delito de desórdenes públicos y ocho delitos de atentados a agentes de la autoridad.

Es la misma pena que solicita para G.P.R, que siguiendo el escrito, lanzó objetos contra los agentes actuantes, estorbaron el paso con una barricada hecha con vallas metálicas y contenedores de basura y tratando de volcar un coche. Luego, este joven supuestamente se abalanzó contra un agente, golpeándole en la cabeza; y a otros, patadas y puñetazos.

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Asimismo, la fiscal pide 6 años de cárcel por la misma tipología delictiva para A.D.V. y L.M.U.R. por cortar el tráfico en Callao y comenzar a tirar objetos a los agentes, entre ellos una silla metálica, sin que impactara a ninguno de los agentes.

La pena más baja solicitada es para D.G.S. por, presuntamente, lanzar objetos hacia los agentes y prender fuego a los cartones que contenían las papeleras situadas en la calle Valverde. Le acusa sólo de desórdenes públicos.

El abogado de dos de las personas imputadas, Servando Rocha, considera, en declaraciones a Europa Press, que estas penas son desproporcionadas y tienen un interés «ejemplarizante», habida cuenta de que la detención de estas personas desencadenó el germen del movimiento 15M. De hecho, es esta fecha de la que recoge el nombre.

EL GERMEN DEL 15M

La manifestación del 15 de mayo de 2011, a una semana de las elecciones municipales y autonómicas, fue comunicada y autorizada por la Delegación de Gobierno en Madrid. Llevaba el lema 'No somos mercancía en manos de políticos y banqueros' y 'Lo queremos todo y lo queremos ahora'.

Tras el éxito de la marca, con el objetivo de mantener las protestas y en apoyo de los detenidos, unas 80 personas acamparon esa noche en la Puerta del Sol de Madrid. A primera hora del 17 de mayo fueron desalojados por la Policía.

Este hecho generó una movilización general de apoyo a los acampados, movida sobre todo a través de las redes sociales. La masiva concentración derivó en una nueva acampada en Sol y en otras lugares de España, que está vez no fue desalojada pese a la oposición de la Junta Electoral de Madrid.

Los 'indignados' realizaron durante meses asambleas y grupos de trabajo, en los que debatían problemas de la ciudadanía y aportaban soluciones consensuadas. Este movimiento comenzó a llamarse 15M y ha continuado como tal, pero con menos apoyo que en su origen, pesé a que la acampada de la Puerta de Sol fue desalojada por la Policía en agosto de ese mismo año.