Rajoy, en la sesión de control al Gobierno del pleno del Senado, ha sido preguntado por el expresidente catalán y senador socialista José Montilla por los pasos que pretende dar tras la suspensión de la consulta del 9N.
Si Montilla le ha instado a que deje de comportarse dejando pasar el tiempo confiando en que eso solucionará el problema y le ha acusado de tener un «inmovilismo que alimenta el independentismo», el jefe del Ejecutivo le ha preguntado qué es lo que haría él ante una situación como esta.
«¿Qué debo hacer? ¿Tengo que hacer una propuesta a todo aquel que pretenda convocar un referéndum ilegal? ¿Tengo que dar algo a cambio? ¿El pacto fiscal? ¿Qué le daría usted? Y no me hable del sistema federal porque no les conviene. Ya vale de hablar de cosas que no significan nada, de eslóganes y palabras, y vayamos al fondo del asunto», ha trasladado Rajoy al expresidente catalán.
En esa línea ha insistido: ¿Qué se le puede ofrecer a quien dice que o hay un referéndum o hago lo que estime oportuno y conveniente? Sólo le puedo ofrecer la Constitución y la ley».
Además, ante la acusación de inmovilismo que le ha lanzado Montilla, Rajoy ha asegurado que no es un mero espectador de la situación catalana.
«He tomado las decisiones a las que me obliga ser el presidente del Gobierno. Eso es moverse, cumplir con la obligación de uno», ha subrayado.
El jefe del Ejecutivo ha vuelto a mostrar su disposición al diálogo porque ha dicho que él puede hablar sobre cualquier cosa salvo de vulnerar la ley.
Además, ha reclamado su derecho a defender el principio de soberanía nacional, el de la igualdad de los españoles y la libertad y derechos individuales de las personas, y ha reiterado que quien quiera pueda intentar por la vía correspondiente una modificación legal.
El presidente del Gobierno ha justificado su defensa de una España unida y ha dicho que lo que él no desea es que sea «un país pequeño, fuera de Europa, empobrecido y fuera del euro».
Montilla ha insistido en que el Gobierno debe pasar de un modo expectante a una actitud de presentar propuestas ante la situación en Catalunya sin limitarse a hacer apelaciones al Estado de Derecho y la legalidad constitucional.
El expresidente catalán ha subrayado que el encaje de Catalunya en España es uno de los problemas más importantes a los que debe hacer frente el Gobierno y que el paso del tiempo no lo resolverá.
Por ello, ha reiterado la necesidad de que haya propuestas «en positivo» por parte del Gobierno para «recomponer la situación» y que sustituyan a las decisiones de ambas partes que, a su juicio, sólo sirven para «echar leña al fuego».
«Resolver el problema catalán, que es un problema de España, es una urgencia social y política, pero también una necesidad económica», ha recalcado Montilla, quien se ha mostrado convencido de que el simple paso del tiempo no debilitará las posiciones soberanistas.
A su juicio, todo el mundo tiene que colaborar para lograr «un nuevo pacto que seduzca a los catalanes y al conjunto de los españoles» y debe caminarse hacia la reforma constitucional con «tiempo, tenacidad, sentido de Estado, generosidad y lealtad».
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