Miguel Rosendo ha llegado al juzgado a las 9.30 horas y ha salido a las 14.00 escoltado por dos agentes de la Guardia Civil, que lo han introducido en coche patrulla para llevarlo hasta la prisión de A Lama.
El fundador de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel, a quien el Obispado de Tui Vigo apartó cautelarmente al tener quejas de su «conducta moral», ha comparecido y ha salido de los jugados con el rostro parcialmente cubierto y con una pequeña mochila con algunos efectos personales.
Se trata de la última de las comparecencias previstas en la instrucción abierta para investigar los presuntos delitos de asociación ilícita en concurso con organización criminal, abusos sexuales, blanqueo de capitales y contra la integridad moral y la hacienda pública.
Aparte de Miguel Rosendo han sido imputadas otras tres personas, todas ellas por un presunto delito de asociación ilícita.
Una de ellas es Marta Paz, considerada su mano derecha dentro de la organización, quien fue también detenida el pasado jueves en Collado Villalba (Madrid), donde se había instalado la presunta secta bajo la denominación de «La Voz del Serviam».
A esta pseudo monja -no ha sido ordenada como tal bajo el amparo de la Iglesia- el magistrado Marcos Amboage le ha impuesto como medida cautelar comparecencias semanales en los juzgados.
Los otros dos imputados por asociación ilícita son un hombre y una mujer, ambos exmiembros de la organización.
Otras personas que también rompieron lazos con la Orden y Mandato de San Miguel, que aún conservan a varios familiares en su seno, pusieron fin a su silencio el pasado miércoles en una rueda de prensa en la que denunciaron públicamente supuestos abusos sexuales, físicos y psicológicos, así como enriquecimiento ilícito.
Al día siguiente, la Guardia Civil arrestó al líder de la presunta secta y a una de sus personas de mayor confianza, a quien llama «bastones», en el marco de la operación El Edén.
La Guardia Civil se incautó durante el registro practicado en el domicilio de Collado Villalba de 4.000 euros, diversa documentación, material informativo y dos vehículos.
El viernes, la Policía Judicial de la Guardia Civil intervino en la casa de Oia (Pontevedra), que fue durante años el centro neurálgico de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, dos torretas de ordenador.
La Diócesis de Tui Vigo reconoció en julio de 2009 a la Orden y Mandato San Miguel Arcángel como asociación pública de fieles con derecho diocesano, y ya en diciembre de 2012 el obispo, Luis Quinteiro, tuvo conocimiento de unas «supuestas irregularidades» en su seno.
No fue hasta mayo de 2013 que nombró a un visitador canónico al que encomendó que comprobara de primera mano esas presuntas irregularidades, y éste concluyó su informe casi un año después, en el que se corroboraron las denuncias recibidas sobre «la conducta moral» de Miguel Rosendo, por lo que fue apartado cautelarmente.
En su lugar, el obispo nombró a un comisario en funciones por tiempo indefinido, a cuyo cargo quedaron 27 miembros llamados «exploradores», que realizan su labor de apostolado en la Diócesis de Tui Vigo, y cuatro «consagradas miguelianas» que atienden una residencia geriátrica en Bustarviejo (Madrid).
En un comunicado, la Diócesis de Tui Vigo recalcó ayer que ha estado «siempre, de manera silenciosa pero continuada, acompañando, consolando y procurando reorientar espiritual y psicológicamente a cada una de las víctimas y a sus familiares», al tiempo que manifestó su disposición, «como siempre ha estado, a colaborar con la Justicia».
La madre de un varón de 36 años ha denunciado hoy públicamente en el exterior de los Juzgados de Tui que su hijo fue captado hace una década por una orden religiosa que considera una secta, radicada en Salamanca, y ha invitado a las autoridades eclesiásticas a que «no tapen la basura».
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