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A dos días de que se celebre la Junta Directiva Nacional del PP, el órgano más importante del partido entre congresos, ha arreciado el cruce de acusaciones entre distintos sectores tras los malos resultados en las elecciones andaluzas y el debate sobre la unidad de los populares.

El próximo martes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha convocado a los integrantes de la Junta Directiva tras el paréntesis de la Semana Santa para analizar la estrategia y las perspectivas del partido ante el periodo electoral que se avecina.

En la Junta Directiva se abordará la estrategia que debe desarrollar el partido ante las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo y las generales de final de año.

Sin embargo, las tensiones desatadas tras los resultados del PP en las elecciones andaluzas con Juanma Moreno Bonilla como candidato -en las que perdió 17 escaños respecto a los anteriores comicios quedándose con 33 parlamentarios- se han escenificado en esta Semana Santa a través de distintos portavoces.

Sin citar a nadie, la portavoz popular en Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, señaló este viernes que el partido es «enemigo de intrigas y de intrigantes» y advirtió de que el PP «no se puede permitir a personajes a los que les da igual lo que pase con su presidente o con sus órganos legítimos de dirección».

Riolobos, portavoz de la comunidad que gobierna la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, criticó que «los que perdieron Andalucía, esos que no han ganado nunca o que no se han presentado a unas elecciones o, incluso, que no saben nada de política, se están dedicando a desestabilizar el Partido Popular».

Las declaraciones de la dirigente popular, hechas en un comunicado, coincidían con la publicación en varios periódicos de informaciones que apuntaban a cambios en la dirección nacional del PP tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo.

«A escasos días de las elecciones autonómicas y municipales, en un ejercicio supino de irresponsabilidad, esos perdedores se están dedicando a desestabilizar al partido, a su presidente, Mariano Rajoy, y a su secretaria general, María Dolores de Cospedal, filtrando a la prensa supuestas decisiones que sólo existen en sus cabezas», destacó la portavoz del PP castellanomanchego.

El apoyo a Riolobos llegó ayer de la mano del portavoz adjunto del PP en el Congreso, Agustín Conde, quien destacó la unidad que hay en el partido como un «valor esencial» y avisó a quienes la «quieran poner en duda» de que «están haciendo un serio daño al PP».

En una rueda de prensa en Toledo, Conde subrayó que «lo primero que tenemos que hacer es hablar bien de nosotros mismos», lo que «empieza por hablar bien de nuestro presidente y de nuestra secretaria general, que han sido elegidos en un Congreso, es decir, por el conjunto de los militantes del PP».

«En el PP de Castilla-La Mancha siempre nos hemos dedicado a hablar bien de nuestro presidente y nos hemos preocupado de que todos lo hagan, otros y otras no lo han hecho siempre así», indicó.

La respuesta vino ayer mismo desde Sevilla a través de la secretaria general del PP andaluz, Loles López, quien defendió el liderazgo «indiscutible» de Rajoy al frente de un partido «unido», y subrayó que desde Andalucía se siguen respaldando «todos los órganos de dirección» de esta formación.

Frente a ello, López situó a quienes «han convertido sus partidos en una guerra de familias o en una guerra de egos para subir escalones en política nacional».

Aseguró que en su partido están «todos juntos» trabajando con Juanma Moreno, del que dijo que «está haciendo una labor extraordinaria en la etapa política más inestable de los últimos tiempos en la comunidad».

Moreno, líder del PP andaluz desde hace casi un año, afrontaba sus primeras elecciones con el reto de mantener al PP como la fuerza más votada en Andalucía e incluso mejorar los resultados de su predecesor, el ahora vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, hace tres años.

El candidato andaluz siempre ha sido apoyado por Arenas y por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien trabajó con él en el grupo parlamentario popular del Congreso en la anterior legislatura. La apuesta de Cospedal no era Moreno, sino José Luis Sanz, alcalde de Tomares (Sevilla).