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La confirmación por parte del presidente Mariano Rajoy de que el Gobierno presentará un proyecto de Presupuestos de 2016 antes del 30 de septiembre apunta a que las próximas elecciones generales serán el 29 de noviembre.

En su intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, Rajoy ha asegurado que tiene pensado cumplir el mandato constitucional de presentar el proyecto presupuestario antes del 30 de septiembre. A su juicio, los Presupuestos Generales son la norma que mejor expresa la política global del Gobierno y, para 2016, tiene intención de aprovechar las rebajas de impuestos como anuncio electoral.

Eso sí, el proyecto de Presupuestos sólo tendría tiempo de ser presentado en la Cámara y difundirse públicamente, pues en ningún caso daría tiempo siquiera a su debate de totalidad, que suele tener lugar unos 25 días después de su entrada en la Cámara.

Rajoy ya venía manejando las fechas del 22 o del 29 de noviembre para celebrar las elecciones generales, según informaron hace semanas a Europa Press fuentes parlamentarias, pero ahora el compromiso de presentar los Presupuestos apunta más a la segunda alternativa.

Si las elecciones se celebran el día 29 de noviembre, las Cortes se disolverán el día 6 de octubre y si la fecha elegida es el 22, la presente legislatura concluirá el 29 de septiembre. Como Rajoy ha confirmado que va a presentar los Presupuestos, lo previsible es que lo haga el 29 de septiembre, la víspera del plazo constitucional, y que a la semana siguiente, 6 de octubre, se disuelvan las Cámaras para votar 54 días después, es decir, el 29 de noviembre.

Con el anuncio de Rajoy ante el PP se descarta elecciones antes del 22 de noviembre, pues no habría tiempo a presentar los Presupuestos y además se impediría completar la tramitación parlamentaria de algunas de las leyes que el Gobierno ha previsto aprobar antes de disolver las Cortes.

Y es que el Congreso y el Senado ya tienen previsto un verano con más trabajo del habitual. Se calcula que en julio habrá dos o tres sesiones plenarias en la Cámara Baja y otras dos en la Cámara Alta, mientras que en agosto se da por hecho que trabajarán algunas comisiones, pero aun así quedarán leyes pendientes por lo que, irremediablemente, habrá que convocar nuevos Plenos del Congreso y del Senado en septiembre.

El presidente del Gobierno, que es quien firma el decreto de disolución, sabe también que retrasar la cita electoral a después del 29 de noviembre resulta harto complicado pues el domingo siguiente es el 6 de diciembre, reservado para el Día de la Constitución, e ir más allá no parece aconsejable pues implicaría constituir las Cámaras y poner en marcha la undécima legislatura en plenas Navidades.