La denuncia original de la Fiscalía detalla que Rato recibió, en concreto, 1.518.017 euros en 2012 y 1.259.305 en 2013, procedentes de «cuentas corrientes en las que tenía poder de disposición» en Suiza, Gibraltar, Luxemburgo, Irlanda, Estados Unidos y Dominica.
Además, la empresa que las investigaciones sitúan en el centro de la compleja trama societaria y de la que Rato es responsable último, Kradonara, percibió también transferencias desde el extranjero por importe de 4,6 millones de euros. En concreto Kradonara ingresó 1,7 millones en 2011, con origen Gibraltar, 1,4 millones en 2013 desde el Reino Unido y Luxemburgo y 1,5 en 2013, desde los mismos países.
Defraudaciones
La Fiscalía calcula que el expresidente del Fondo Monetario Internacional ocultó estos ingresos a Hacienda y defraudó una cantidad de al menos 2,46 millones.
Además de no declarar los ingresos percibidos desde los paraísos fiscales, Rato también ocultó al fisco el dinero percibido por los servicios profesionales de asesoramiento prestados a Telefónica --que ascendieron a 307.627 euros-- y que le fueron facturados a través de Kradonara.
La documentación incluida en el sumario desvela que la alerta dada por el Banco de España desembocó en la elaboración de un informe de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), en el que se detectaban siete riesgos fiscales.
Según declaró su inspectora jefa, Margarita García Valdecasas, ante el titular del Juzgado 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, el departamento dependiente del Ministerio de Hacienda decidió realizar «una denuncia temprana» al Ministerio Público sobre estos hechos, al considerar que Rato «podría estar cometiendo un delito económico».
García Valdecasas precisó ante el magistrado que la investigación se inició «aproximadamente sobre el 2011 o 2012, por orden suya, tras comprobar la existencia de numerosas «operaciones cruzadas entre sociedades vinculadas» a Rato y detectar «movimientos que no tienen lógica mercantil.
Los abundantes datos sobre irregularidades desembocaron en la operación desarrollada en abril de 2015, en la que fue detenido. Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera registraron, además, su domicilio particular y varios de sus despachos. El exvicepresidente del Gobierno declara este viernes ante el magistrado por tercera vez en relación con este caso.
Pagos
Además, la Fiscalía Anticorrupción tiene constancia de inyecciones de dinero «cuyo origen y concreto destinó está por determinar» de la sociedad Kradonara, propiedad al 100% de Vivaway LTD de la que es titular el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, a la firma Bagerpleta, que es una sociedad investigada dentro del entramado societario del exministro y con la que se sospecha que blanqueo mediante la inversión de un hotel en Berlín. Estos pagos se añadirían a los conocidos hasta la fecha.
La documentación obrante en la causa apunta que la sociedad Albisa Inversiones y Asesoramientos transfirió entre el 22 de junio y el 16 de diciembre de 2011 un total de 474.416,64 euros a una cuenta bancaria de Krandonara, que, seguidamente, transfirió hasta 420.000 euros a Bagerpleta, de la que Rato también fue administrador hasta el 22 de abril de 2015.
Asimismo, Albisa traspasó a Krandonara 360.698 euros entre el 16 de enero y el 14 de agosto de 2012. Otra vez, la receptora realizó una transferencia a Bagerpleta a la sociedad alemana por importe de 75.000 euros.
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