Fernando Tejero, en una imagen de archivo. | Efe

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«A ver si me explico: Soy artista, homosexual, apoyo a Podemos y a los que me faltan al respeto les seguiré pidiendo que me coman el rabo». Ese ha sido el contenido del tuit del actor Fernando Tejero que ha incendiado las redes sociales que lo han convertido en Trending Topic.

El polémico tuit se produjo después de que el nombre del actor saliera en una lista de un centenar de personas del mundo de la cultura y la universidad que han firmado un manifiesto con el que piden a Podemos, a sus confluencias y a Izquierda Unida-Unidad Popular que, en el caso de que se repitan finalmente las elecciones generales en junio, se pongan de acuerdo para concurrir bajo una «única opción electoral».

Un usuario de Twitter escribió entonces que llamar a Fernando Tejero intelectual «igual es un poco forzado» y el actor reaccionó airadamente respondiendo en la misma red social con el siguiente comentaro: «Dedicaros a hacer algo productivo, por ejemplo, comerme el rabo».

Esto provocó una oleada de tuits y retuits, la inmensa mayoría, de apoyo al actor aunque también hubo algunas críticas, al considerar que no se le faltó el respeto para reaccionar así.

Manifiesto

«El momento es ahora. Podemos, IU y las confluencias diversas han sido capaces de sacudir inercias y conectar con millones de ciudadanas y ciudadanos hartos de la vieja política y de los abusos de los poderosos: estas formaciones se han ganado autoridad para encabezar el proceso», defienden los firmantes del llamamiento titulado 'Por la confluencia política y electoral de las fuerzas del cambio en el estado español'.

Entre los que suscriben estas palabras figuran rostros conocidos de la izquierda cultural, algunos de los cuales ya firmaron en julio de 2015 un manifiesto similar que reclamaba una plataforma de unidad popular.

En el listado aparecen actores como Juan Diego, Alberto San Juan, Carlos Bardem, Antonio de la Torre, José Sacristán, Fernando Tejero, Eduard Fernández, Juan Diego Botto, Luis Tosar, Antonia San Juan, Pepe Viyuela y Bárbara Lennie. También firman los directores de cine Icíar Bollaín, Miguel Albadalejo, Benito Zambrano y Daniel Guzmán, y los músicos Ismael Serrano, Josele Santiago, Amparo Sánchez (Amparanoia), Coque Malla y Santiago Auserón (recién elegido pregonero de San Isidro por el Ayuntamiento de Madrid).

Aparecen igualmente la ex técnico del ayuntamiento de Boadilla que denunció la Gürtel, Ana Garrido; profesionales de los medios como el presentador Gran Wyoming o los periodistas Olga Rodríguez o Javier Gallego 'Crudo'; y profesores universitarios como Carlos Fernández Liria, José Luis Gordillo, Daniel Reventós, José Antonio Nieto, Jordi Roca y Fernando Luengo.

Según los firmantes, es preciso «reunir en una articulación política común» el «dinamismo» de Podemos y de las distintas confluencias de organizaciones y activistas procedentes de movimientos sociales, junto con la «experiencia militante e institucional» de Izquierda Unida y la «incipiente» Unidad Popular.

«No nos importa qué fórmula se adopte, siempre y cuando se plasmen en la práctica los principios de democracia interna, plurinacionalidad, participación activa de quienes apoyen la iniciativa y respeto al pluralismo en un marco que tienda hacia una nueva organización política, un partido-movimiento que lo sea de verdad, más allá de la retórica y los buenos deseos», defienden.

Por todo ello, avisan de que en esta confluencia «no sobra nadie y todo el mundo debe recibir reconocimiento por sus aportaciones específicas a la resistencia frente a la oligarquía y sus agentes políticos». «La generosidad, la responsabilidad y el espíritu cooperativo deben presidir el proceso», sugieren.

«Es esencial construir un instrumento a la vez estable y ágil para la defensa de los de abajo y la irrupción de éstos en la esfera política. El malestar y la desesperación de las y los desfavorecidos obligan a unirse para construir el instrumento para el cambio», enfatizan.

En este sentido, concluyen su manifiesto haciendo hincapié en que, a su juicio, «urge disponer de una herramienta política capaz de revertir las políticas austeritarias, impulsar los procesos constituyentes democráticos y frenar el ecocidio». «No comprenderíamos que personalismos, prejuicios enquistados o mentalidades sectarias hicieran abortar el esfuerzo unitario», advierten.