El Air Force One del presidente estadounidense, procedente de Varsovia, donde Barack Obama ha participado en la cumbre de la OTAN, ha aterrizado en la base aérea de Torrejón de Ardoz pasadas las once de la noche.
Fuentes de la Casa Real han subrayado que «la presencia excepcional» del Monarca para dar la bienvenida al presidente se debe «a sus estrechas relaciones personales y las institucionales entre los dos países».
Además de por el Rey, Obama ha sido recibido a pie de escalerilla por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría; el embajador de España en Estados Unidos, Ramón Gil Casares; el embajador estadounidense en España, James Costos, y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, entre otros.
Felipe VI y Obama han intercambiado saludos a pie de pista, donde se había extendido una alfombra roja, y luego el presidente estadounidense ha saludado a Sáenz de Santamaría y a otros de los asistentes. Tras conversar unos minutos con ellos, Obama ha abandonado la base en coche, acompañado de una nutrida comitiva, que incluye a su propio personal de seguridad.
Obama se aloja en la embajada de Estados Unidos en Madrid. En las pocas horas que pasará en la capital española tiene previsto verse de nuevo con el Rey y con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, con quien ha coincidido estos días en Varsovia.
También tendrá encuentros con los líderes del PSOE, Pedro Sánchez; Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera, en la propia base de Torrejón, poco antes de emprender viaje a Rota (Cádiz), la última etapa de su visita a España antes de regresar a su país.
Según el programa modificado de acuerdo con la Casa Blanca, a primera hora de mañana domingo el mandatario estadounidense será agasajado en el Palacio Real con una recepción oficial para después mantener un encuentro con Felipe VI.
Zarzuela ha sustituido por este acto el almuerzo que el lunes don Felipe y doña Letizia iban a ofrecer en su honor en el mismo Palacio de Oriente, con un centenar de invitados, y en el que estaba previsto que el Rey y Obama pronunciaran sendos discursos.
Después de su reunión con el jefe del Estado, Barack Obama se desplazará, según fuentes diplomáticas, a la embajada de los EEUU, que encabeza James Costos, para encontrarse con sus funcionarios, y después se trasladará hasta el Palacio de la Moncloa para reunirse con Rajoy; luego ambos efectuarán una declaración a los medios de comunicación.
Antes de partir a Rota, en la propia base de Torrejón, Obama se verá con los líderes de los tres principales partidos de la oposición, con quien conversará unos minutos.
En Rota, el presidente se dirigirá a las tropas estadounidenses y españolas de esta base de uso conjunto donde permanecen fondeados desde el pasado mes de septiembre cuatro destructores de EEUU integrados en el escudo antimisiles de la OTAN.
3 comentarios
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De la misma manera que el Papa Juan Pablo II pidió perdón por las cosas que ha hecho mal la Iglesia durante su historia, el presidente de los Estados Unidos debería hacer lo mismo en nombre de su país por el latrocinio que supusieron la guerra de1898 y el Tratado de París para España, por el genocidio de más de un millón de filipinos a principios del siglo XX y por haber hecho desaparecer casi por completo el idioma español en Filipinas. Resulta paradójico que un ex-presidente de España y que pertenece a un partido que hace de la defensa del idioma español y la de la nación española parte de sus principios programáticos, prestase su ayuda en el nombre de España al presidente de EEUU y al primer ministro británico en la Guerra de Irak, bajo el falso pretexto de que Sadam tenía armas químicas.
Las malas lenguas comentan que el verdadero motivo por el que el Rey acude a la reunión es para hacer de interprete entre Obama y la mayoría de candidatos.;)
... qué humillación para los españoles que nuestro monarca se desplace a territorio estadounidense -una base extranjera en nuestro suelo- a rendir pleitesía... y encima tras haber barrido de las urnas al representante de la verdadera izquierda, que habría podido suponer un problema para la visita de ese dignatario extranjero.