Acto del Partido Popular en Málaga en pasado sábado | Efe - Daniel P

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El Partido Popular va a permitir, a partir de su congreso nacional, el voto en conciencia de sus cargos en todos los órganos representativos, incluidos Congreso, Senado y parlamentos autonómicos, para aquellas cuestiones que afecten a las «convicciones más profundas» de sus representantes.

Así constará en la ponencia de estatutos que se va a votar en el congreso nacional del PP, y que va a incluir un texto transaccionado que recoge el reclamo de varios compromisarios, muchos de ellos conocidos por sus posiciones contrarias al aborto o la maternidad subrogada, que habían reclamado este derecho a votar en conciencia.

Según un texto consensuado entre los enmendantes y los ponentes, se reconoce el derecho al voto en conciencia en aquellas propuestas que «afecten exclusivamente a cuestiones éticas y/o morales» y que «pongan en cuestión sus convicciones más profundas».

Quienes quieran ejercerlo deberán comunicarlo previamente al portavoz del grupo correspondiente.

Si hay discrepancias entre el representante y su portavoz sobre si puede o no ejercer el derecho en un caso determinado, las resolverá el comité ejecutivo del partido, al que se dota de esta potestad en otra enmienda también consensuada.

El derecho al voto en conciencia había sido solicitado en varias enmiendas a la ponencia de estatutos, firmadas entre otros por el exsenador y exdiputado autonómico Luis Peral o los exdiputados del Congreso Eva Durán y Javier Puente.

Todos ellos son conocidos por su posición contra el aborto, y algunos son también firmantes de las enmiendas contrarias a la maternidad subrogada, cuestión en la que, por ahora, no se ha logrado ningún acuerdo con los ponentes.

El haber llegado a un acuerdo sobre el derecho al voto en conciencia es por eso para todas las partes un paso muy importante que, como ha recordado a EFE Luis Peral, alinea al PP con las principales fuerzas de centro-derecha europeas.

Además ha señalado que este avance impedirá que se repitan situaciones pasadas en las que los parlamentarios o representantes del partido lo pasaron «mal» por tener que acatar la disciplina de voto o romperla y ser sancionados por ello.