Lo ha dicho en una entrevista que ha concedido al periodista sevillano Juan Miguel Baquero, a la que ha tenido acceso Efe, en la que asegura que no está secuestrada: «lo he dicho no sé cuantas veces, estoy entrando, saliendo y sin problema, como cualquier otro saharaui».
Baquero explica al principio de la entrevista que ésta se realiza en el exterior del campamento de Smara «solos», y durante la misma, Maloma asegura que de su caso han aprendido «todos», por lo que ahora quiere «que se pare esta bola, que sea entre nosotros, sin que entren todos los que han entrando, y nos dejen en paz, allí también».
«Estoy con mi familia, sin estar secuestrada ni nada», ha añadido Maloma, quien espera que este asunto se solucione, «y que España siga ayudando al Sahara, y el buen rollo que tenían lo sigan teniendo».
Mientras tanto, durante el fin de semana se celebra la boda entre la joven, de 23 años de edad, y Sidahmed El Mekhi, un joven de 24 años que vive en una de las cinco 5 wilayas (municipios) de los campamentos, llamada Auserd, situada a unos 40 minutos de Smara, donde vive ella.
La boda se realiza por el rito musulmán pero adaptado a las costumbres de los saharuis, y se prevé que dure al menos hasta la tarde de mañana, lunes.
Por su parte, el padre adoptivo de Maloma, José Morales, ha dicho que habló con ella hace siete días, «y no mencionó nada de su boda, además de que nada ha dicho a las personas que la han visto durante la semana», por lo que, para él, se refuerza la idea de que se trata de un matrimonio pactado por las familias y en contra de la voluntad de la joven.
Maloma comenzó a tener contacto con Sevilla a los 7 años mediante los programas de vacaciones para niños saharauis, a partir de los 12 años fue recibida en acogida con el consentimiento de los padres biológicos y al cumplir los 18 decidió quedarse en España.
Sin embargo, el 5 de diciembre de 2015 acudieron al Sahara a ver a su familia biológica y los padres de acogida regresaron a Mairena del Aljarafe sin ella ante la negativa de sus familiares de dejarla en libertad.
La joven estudiaba bachillerato para comenzar a opositar a la Policía y el padre adoptivo ha señalado siempre que su integración en la sociedad española «es total».
5 comentarios
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«y que España siga ayudando al Sahara, y el buen rollo que tenían lo sigan teniendo». esta breves palabras reflejan lo que esta clase de personas quiere de España, que les de no piensan en aportar solo en lo que pueden sacar, mal vamos cuando aqui la gente no llega a final de mes parados de larga duración sin ningun tipo de prestación completamente desamparados y esto elemento por el mero echo de ser inmigrantes no les piden ni la mitad de ducumentación ( por otra parte los funcionarios no saben como administrarla) que le piden a un Español parea poder acceder a ayudas, este Pais todo esta patas arriba y no hablemos de la Justicia o de los politicos.
Idò! Ja hi tornareu a dur saharauis!
Silencio total entre las feministas.Apuesto a que vuelve...cuestión de tiempo.
esto es otra prueba de que los programas vacacionales para saharahuis no funcionan. traen los niños a España, donde ven lo pacificos y lerdos que somos los españoles. Aprenden los sistemas para vivir del estado sin pegar palo. Luego les ofrecemos acogida defitiva y vuelven jihadistas o traen a sus familias biologicas para ser tratadas con cargo a nuestra seguridad social. somos los pagafantas de europa.
Silencio sepulcral por parte de los PROGRES y de las feministas. Para ellos es más fácil atacar y criminalizar constantemente al varón español que cuestionar el machismo de la sociedad islámica en general y de ese icono del PROGRE español que es el pueblo saharaui.