En la imagen, la joven Maloma Morales de Matos. | @FREEMALOMA

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Maloma Morales, la joven de origen saharaui y nacionalidad española retenida en el Sahara desde hace 14 meses, según denuncia de su familia adoptiva sevillana, ha asegurado que no está secuestrada y que está con su familia saharaui.

Lo ha dicho en una entrevista que ha concedido al periodista sevillano Juan Miguel Baquero, a la que ha tenido acceso Efe, en la que asegura que no está secuestrada: «lo he dicho no sé cuantas veces, estoy entrando, saliendo y sin problema, como cualquier otro saharaui».

Baquero explica al principio de la entrevista que ésta se realiza en el exterior del campamento de Smara «solos», y durante la misma, Maloma asegura que de su caso han aprendido «todos», por lo que ahora quiere «que se pare esta bola, que sea entre nosotros, sin que entren todos los que han entrando, y nos dejen en paz, allí también».

«Estoy con mi familia, sin estar secuestrada ni nada», ha añadido Maloma, quien espera que este asunto se solucione, «y que España siga ayudando al Sahara, y el buen rollo que tenían lo sigan teniendo».

Mientras tanto, durante el fin de semana se celebra la boda entre la joven, de 23 años de edad, y Sidahmed El Mekhi, un joven de 24 años que vive en una de las cinco 5 wilayas (municipios) de los campamentos, llamada Auserd, situada a unos 40 minutos de Smara, donde vive ella.

La boda se realiza por el rito musulmán pero adaptado a las costumbres de los saharuis, y se prevé que dure al menos hasta la tarde de mañana, lunes.

Por su parte, el padre adoptivo de Maloma, José Morales, ha dicho que habló con ella hace siete días, «y no mencionó nada de su boda, además de que nada ha dicho a las personas que la han visto durante la semana», por lo que, para él, se refuerza la idea de que se trata de un matrimonio pactado por las familias y en contra de la voluntad de la joven.

Maloma comenzó a tener contacto con Sevilla a los 7 años mediante los programas de vacaciones para niños saharauis, a partir de los 12 años fue recibida en acogida con el consentimiento de los padres biológicos y al cumplir los 18 decidió quedarse en España.

Sin embargo, el 5 de diciembre de 2015 acudieron al Sahara a ver a su familia biológica y los padres de acogida regresaron a Mairena del Aljarafe sin ella ante la negativa de sus familiares de dejarla en libertad.

La joven estudiaba bachillerato para comenzar a opositar a la Policía y el padre adoptivo ha señalado siempre que su integración en la sociedad española «es total».