Juana Rivas sale de los juzgados de Granada. | Efe

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Juana Rivas, que este martes ha sido puesta en libertad provisional, ha declarado a su salida de los juzgados de Granada: «No me voy a la cárcel, me voy a mi casa con mis niños y vamos a seguir peleando».

En declaraciones a los periodistas, Juana Rivas, que incumplió la orden judicial que la obligaba a entregar a los dos menores a su padre, el italiano Francesco Arcuri, se ha felicitado de que en el juzgado de guardia haya encontrado «un juez humano, un ser humano» que la ha escuchado.

Rivas, que ha comparecido ante el juzgado de guardia tras ser detenida por la Policía, se ha mostrado agradecida a todos los que la han ayudado en los últimos meses, especialmente al juez que le ha tomado declaración.

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«Lo vamos a conseguir, vamos a luchar, yo no quiero ser una prófuga. Hoy he venido a explicar mi situación, pedir ayuda y que alguien me escuchara», ha sentenciado.

La vecina de Maracena (Granada) confía ahora en que un equipo «preparado» pueda escuchar a su hijo mayor, de once años, para que éste pueda relatar el «terror» que han sufrido por los supuestos malos tratos de su expareja.

«Hoy vuelvo a confiar en la justicia y veo que esto se está encaminando», ha dicho Rivas, quien ha explicado que durante los días en los que ha estado ilocalizable ha tenido «un nudo dentro», pero los niños han estado «muy a gusto» y pensando que todo se iba a arreglar.

Un juzgado de guardia de Granada ha decretado la libertad provisional para Juana Rivas, que se había entregado hoy casi un mes después de incumplir la orden de devolver a sus dos hijos al padre de los niños, el italiano Francesco Arcuri.