Un abogado ha denunciado también presiones continuas desde la actuación de los agentes en el dispositivo del referéndum del 1-O. | Reuters

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Varios hoteles de Calella (Barcelona), entre ellos el Palmeras, el Catalonia y el Vila, han instado a los 500 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil a que abandonen sus instalaciones después del referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional celebrado este domingo.

Fuentes policiales han indicado que en el caso de la Policía Nacional son 250 los agentes antidisturbios que tendrán que buscarse otro alojamiento mientras permanezca el dispositivo desplegado en Catalunya.

Según las mismas fuentes, un grupo de personas ha acudido a uno de los hoteles a increpar a los agentes y la dirección del establecimiento ha dado un ultimátum a los policías para que a las doce del mediodía abandonaran sus habitaciones.

El abogado Antonio Suárez Valdés ha anunciado que presentará en nombre de los agentes afectados una querella contra la gerencia del Hotel Vila de Calella y contra el Ayuntamiento de este municipio por un presunto delito de coacciones.

La mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) también ha denunciado en un comunicado estos hechos, señalando que «continúa y se recrudece el acoso contra los agentes en Cataluña por parte de los independentistas».

Esta organización asegura que son 250 los guardias civiles a los que esta mañana se les ha comunicado que tienen que dejar el establecimiento en el que llevaban varios días pernoctando.

Según el abogado Suárez Valdés, la decisión se ha comunicado tras las «presiones sufridas en la noche del domingo por entornos radicales que se manifestaron en la puerta del hotel». La gerencia les ha dicho que tomaban la decisión, aludiendo a «una presunta amenaza de corte de luz y agua corriente».

Cerrado

En la puerta se ha colgado el cartel de cerrado. Europa Press ha intentado sin éxito hablar con la dirección del establecimiento. Tampoco se pueden hacer reservas desde su web, donde aparece un comentario de un usuario que dice: «No he estado y no puedo opinar sobre la calidad del establecimiento. No iré nunca por el simple hecho de alojar a tanto valiente que ha estado repartiendo leña el 1 de octubre en Cataluña».

Según el letrado, los agentes se encuentran en la calle y a la espera de ser reubicados por la Dirección General de la Guardia Civil. Según informan algunos de los agentes, la alcaldesa de Calella, del PDeCAT, habría llamado al director del hotel esta mañana y le habría dicho que o nos echaba a los agentes o paraliza el expediente de una licencia de reforma total del establecimiento.

También señalan que varios de los trabajadores habrían recibido amenazas de muerte tanto hacia ellos como hacia sus familias. La decisión se ha adoptado tras el dispositivo policial para evitar el referéndum este domingo. Los agentes de la Guardia Civil regresaron a su hotel de este pueblo, de 18.000 habitantes, y aseguran que sufrieron un escrache de varias horas.

Amenazas

Según ellos, soportaron gritos, insultos e incluso el lanzamiento de botellas hasta altas horas de la madrugada. Estos agentes se encuentran comisionados en Cataluña y proceden en todos los casos de otras comunidades.

AUGC ha mostrado su «creciente preocupación por este clima de hostilidad hacia los guardias civiles, una situación que se ha desbocado en tan sólo unos días, y que dificulta enormemente el trabajo de los agentes en defensa de la legalidad y el orden en Cataluña».

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La asociación profesional destaca que este acoso está ya provocando situaciones muy difíciles incluso en el seno familiar de trabajadores que hasta hace escasas fechas vivían plenamente integrados en Cataluña.

«Es el caso de un agente destinado en la provincia de Lleida, que esta mañana ha conocido que en el colegio de su hijo, de tan solo cinco años, el profesorado estaba relatando a los alumnos un discurso en el que se criticaba la actuación de los guardias civiles y los policías nacionales», denuncian.

Una versión alternativa

El Ayuntamiento ha denunciado a los agentes por su reacción ante la protesta «pacífica» frente al establecimiento de un grupo de personas que «ejercían su derecho democrático» tras una jornada en la que, según su versión, se le impidió ejercer el voto.

Según un vídeo difundido por Ràdio Calella, los manifestantes les gritaron que se fueran, les insultaron reiteradamente y les llamaron fascistas con continuos reproches por la actuación en la jornada del referéndum.

La alcaldesa de Calella, Montserrat Candini, asegura que un grupo de estos guardias civiles cargaron tras el escrache contra las personas que se agolpaban en la calle.

Al lugar acudió una patrulla de los Mossos d'Esquadra, que recibieron el aviso por parte de los agentes del Instituto Armado de que un grupo estaba ante su hotel, en la calle Sant Josep, gritándoles.

Según indicaron desde la policía catalana, acudieron al lugar e hicieron un cordón de seguridad, e intentaron mediar para que la gente se fuera. Los agentes, según ellos, cruzaron el cordón y comenzaron a cargar contra los manifestantes con porras extensibles. El incidente concluyó a la 1.30 horas dejando, según el Ayuntamiento, 14 contusionados y cuatro heridos que requirieron atención médica.

Esta tarde, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha hecho eco de la denuncia de los vecinos que realizaron el escrache y luego supuestamente fueron perseguidos por guardias civiles. «Si esto es cierto», ha comentado, «estamos ante hechos graves que el ministro Zoido deberá explicar».

La alcaldesa

Las fuentes policiales han indicado que la propia alcaldesa de Calella, una localidad próxima a Barcelona gobernada por el PDeCAT, ha sido la que ha llamado directamente a los directores de los hoteles advirtiéndoles de que o echaba a los agentes o paralizaba licencias de reforma pendientes.

Agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) llevan al menos diez años alojados en establecimientos hoteles de Calella sin que se hayan producido incidentes de ningún tipo e, incluso, han atendido a los policías con hospitalidad.

Por otra parte, el Ministerio del Interior ofreció este lunes un nuevo recuento de agentes (policías y guardias civiles) heridos. La cifra asciende a 431 heridos –33 el domingo– durante su intervención en diferentes puntos de Catalunya en la jornada del domingo, de los que 39 necesitaron asistencia médica inmediata.

Fuentes de Interior han informado que la mayoría de agentes resultaron «heridos de carácter leve por contusiones, arañazos, mordiscos y patadas».

Del total, 39 agentes –19 policías nacionales y 20 guardias civiles– precisaron asistencia médica inmediata.