El desafío independentista ha centrado este jueves el foco de atención de la tradicional recepción que los Reyes han ofrecido en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional, que ha contado con más invitados que en años anteriores ante la trascendencia del momento que vive el país.
Más de 1.500 personas, entre autoridades del Estado, representantes políticos, empresarios, embajadores y miembros de otros ámbitos, han acudido al saludo con don Felipe y doña Letizia y al posterior vino español ofrecido en el comedor de gala del palacio.
La recepción ha arrancado al poco de que se tuviera noticia del accidente sufrido por un avión de combate Eurofighter en su base de Albacete, cuando regresaba del desfile militar presidido por los Reyes en el madrileño Paseo de la Castellana, que ha costado la vida al piloto, el capitán del Ejército del Aire Borja Aybar.
Al empezar los saludos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra María Dolores de Cospedal se han detenido un momento ante los Reyes para trasladarle algún detalle de lo ocurrido, mientras don Felipe expresaba su pesar a la titular de Defensa.
Rajoy y Cospedal no han participado en la recepción ya que se han trasladado inmediatamente a la base aérea de Los Llanos (Albacete), escenario de lo que Felipe VI ha definido como «una gran tragedia» ante los periodistas que asistían a esta cita anual en el Palacio Real.
La mayor afluencia de invitados, a la que ha contribuido el deseo de muchos de ellos de expresar su apoyo frente a la amenaza de secesión, y el interés de los Reyes por atender los testimonios de todos ellos, ha prolongado la línea de saludos hasta una duración total de cerca de hora y media.
El protocolo de la Casa del Rey ha introducido incluso dos pausas en esta bienvenida para facilitar la distribución de tantos invitados en el comedor de gala del palacio y en diversos espacios anexos.
En el desfile de saludos a los Reyes ha destacado la afluencia de exministros socialistas, más de una veintena, así como los expresidentes de Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que han acudido de común acuerdo para hacer visible su apoyo conjunto.
Fue Rosa Conde, portavoz del Gobierno con González, quien se encargó de coordinar telefónicamente esta afluencia conjunta al Palacio Real, según comentaba la exministra Trinidad Jiménez a los Reyes durante la recepción, en presencia del exvicepresidente Alfonso Guerra.
«Hemos venido todos los del 78», explicaba sonriente Jiménez a don Felipe y doña Letizia para poner de manifiesto que a los socialistas presentes les unía su defensa del espíritu constitucional, comentario que Guerra apostilló con ironía: «Ya les gustaría...».
La mayoría de ellos han procurado agruparse para entrar juntos en el Salón del Trono, donde todos los invitados recibían el saludo de los Reyes, con quienes han tenido ocasión de departir en el comedor de gala.
Alfredo Pérez Rubalcaba, María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado, Miguel Ángel Moratinos, José Montilla, Ángel Gabilondo, Mariano Fernández Bermejo y Cristina Narbona figuraban entre los más conocidos exministros socialistas que han asistido a la cita con los Reyes, junto a los veteranos Javier Solana, Enrique Múgica, Carlos Solchaga, José Borrell, Abel Caballero y José Luis Corcuera.
La encrucijada catalana ha acaparado la inmensa mayoría de los corrillos de la recepción entre políticos, empresarios y periodistas, estos últimos especialmente atentos a qué directivos habían respondido a la cita con los Reyes, en un contexto marcado por la fuga de sedes sociales de grandes empresas desde Cataluña hacia otros puntos de España.
Entre quienes han querido estar este jueves presentes destacaban el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, y el del Grupo Planeta, Josep Creuheras, dos de las compañías que han mudado su sede.
A ellos se han unido otros empresarios catalanes, como el presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, y el vicepresidente de la CEOE, Joaquim Gay de Montellá, y directivos como el de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el de Inditex, Pablo Isla; o el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Como en años anteriores, han declinado la invitación a la convocatoria del 12 de octubre los presidentes de Cataluña, el País Vasco y Navarra, que en esta ocasión han sido los únicos representantes autonómicos ausentes, y también ha mantenido su tradición de no acudir el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
A la recepción, algunos se han presentado con sus parejas, como Rajoy, Rivera y la presidenta andaluza, Susana Díaz, mientras que otros lo han hecho en solitario, como el caso de Pedro Sánchez.
El líder socialista, que ha ido sin corbata, regresaba al Palacio Real después de que el año pasado se quedara sin invitación al verse obligado a dimitir dos semanas antes.
La recepción ha dejado otros detalles, como el cariñoso saludo que los Reyes han brindado al exbanquero Francisco Luzón, que ha ido en silla de ruedas por estar enfermo de ELA.
Entre los invitados también han estado familiares de Ignacio Echeverría, el joven asesinado en Londres cuando intentaba socorrer a un policía británico en el ataque yihadista del pasado 3 de junio.
Además de algunos atuendos típicos de algunos embajadores de otros países, lo más llamativo ha sido el bolso estampado con la bandera española, con sus iniciales, que ha portado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
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