Artur Mas antes de participar en el coloquio "Diálogos sobre Cataluña". | JuanJo-Martin

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El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha asegurado este martes que el objetivo de la independencia sigue «perfectamente vigente» y no es «un capricho de cuatro locos o cuatro gatos», sino que es compartido por más de dos millones de personas en Cataluña.

En el coloquio «Diálogos sobre Cataluña» organizado por el Club Siglo XXI, Mas ha instado a no confundir «el objetivo con si este objetivo es posible o no» y ha explicado que otra cuestión es que por parte sectores soberanistas se haga «una reflexión» sobre lo ocurrido y si hubo «control de los tiempos inteligente o no».

Mas ha participado en este foro junto al presidente del PPC y candidato del partido para el 21D, Xavier García Albiol; el portavoz de En Común Podem en el Congreso y candidato de CatComú-Podem, Xavier Domènech, y el expresident José Montilla, con quien ha coincidido en señalar que el «problema» viene de la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut en 2010.

Para Mas esa anulación por parte del TC de varios artículos del Estatut «lo que hace es expulsar de marco constitucional a mucha gente» que hasta el momento había trabajado dentro.

Montilla ha coincidido en que en ese momento se produjo un problema porque «una gran parte de la sociedad catalana se sintió ofendida por aquella sentencia y por las circunstancias en las que se produjo», aunque ha puntualizado que «es verdad que el independentismo no viene de ahí».

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Según ha recordado, a partir de esa sentencia aún hubo «un período de feliz colaboración» entre el Gobierno de Mas y el PP para aprobar los presupuestos catalanes y «eso se rompió a partir del año 2012» cuando se inició una «deriva» que ha llevado a la situación actual de «enorme preocupación en la sociedad catalana».

Para Albiol, tanto Montilla como Mas están «usando una excusa de mal pagador para justificar una cosa incalificable» al decir que la raíz de esta situación se encuentra en la sentencia del TC, ya que el conflicto surge cuando Artur Mas «decide liarse la manta a la cabeza ir a ver a Rajoy y pedirle en 2012 una mejor financiación para Cataluña», en plena crisis.

Además, ha hecho hincapié en que el Gobierno «está abierto a medidas como la reforma constitucional, pero no para que ésta sirva para dar satisfacción a los independentistas». Sobre la aplicación del artículo 155, ha señalado que «ha sido una medida correctora» que ha ido acompañada de «dar la posibilidad para que los catalanes pudieran tener la palabra en unas elecciones autonómicas».

Por su parte, Domènech ha explicado que lo primero que hay que asumir es que existe un problema en la relación entre Cataluña y España y que, de no hacerlo, se avecina una «crisis sin parangón». Para solucionarla, ha abogado por elaborar una propuesta que vaya «más allá del sí o el no» a la independencia.

Según ha dicho, hay una parte de los catalanes que «no quiere la independencia, pero no significa que no quiera cambio», por lo que ha insistido en avanzar en esta propuesta y no en medidas como el 155, que «es pan para un minuto y hambre para toda la vida».