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Alrededor de 40.000 personas, según la Delegación del Gobierno, han recorrido este sábado las calles de Madrid para pedir la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza, en una marcha en la que muchos asistentes han exigido al Gobierno unas pensiones dignas.

Bajo los gritos de «Libertad de expresión y derecho a la pensión» o «Nos roban las pensiones y nos amordazan», entre otros, miles de manifestantes han aunado varias reivindicaciones y han recorrido el centro de la ciudad en una movilización convocada por la plataforma No somos delito y a la que se adhirió la Coordinadora estatal por la defensa de las pensiones.

Por la tarde han acudido 25.000 personas más que a la manifestación de la mañana convocada por la Mesa estatal por el blindaje de las pensiones, a la que asistieron 15.000 ciudadanos, según datos de la Delegación del Gobierno.

Quizá ha sido la lluvia la que ha influido en la decisión de los manifestantes ya que, según lo que algunos le han comentado a Efe, muchos han aprovechado esta convocatoria debido al mal tiempo de la mañana.

Aunque era una única convocatoria que juntaba diversas reivindicaciones, durante la marcha se ha podido ver a una mayoría de pensionistas que se han movilizado para exigir una pensión «decente» después de llevar «toda la vida cotizando».

Así se lo han explicado a Efe algunos asistentes como Toñi, con 42 años cotizados, «harta» de la situación y con la sensación de que el Gobierno la «torea». Ha ido a la manifestación con una amiga porque, según han asegurado, tienen «motivos de sobra» para quejarse».

Por su parte, muchos de los asistentes han portado una mordaza en la boca al tiempo que gritaban consignas como «La Ley Mordaza es una amenaza», en una manifestación convocada tan solo nueve días antes de que se cumpla el tercer aniversario de la ley de Seguridad Ciudadana.

Una ley que, según algunos han explicado, «recorta derechos y atenta contra la libertad de expresión» y con la que se ha perdido calidad democrática.

Tampoco ha querido perderse la convocatoria «Don Quijote de la marcha», un manifestante que, disfrazado del protagonista de la famosa obra de Miguel de Cervantes y con un andador que pretendía pasar por el caballo de don Quijote, ha bromeado diciendo que iba «con Rocinante a derribar a ese gigante».

Pero a la vez ha lamentado que miles de pensionistas, «a su edad», tengan que «seguir luchando, no solo por ellos, sino también por los que vienen detrás».

La manifestación ha partido a las 18.00 horas de una abarrotada Puerta del Sol y ha llegado a duras penas dos horas después a la Plaza de las Cortes, donde está el Congreso de los Diputados y donde la cabecera ha tenido algunas complicaciones para situarse en el punto indicado debido a la cantidad de gente que se amontonaba en las inmediaciones.

Allí, los asistentes han aguardado un minuto de silencio por la muerte de Mame Mbaye, el vecino del barrio de Lavapiés de origen senegalés que falleció el pasado jueves de un paro cardiaco, y cuya pérdida ha sido objeto de numerosos disturbios en el distrito ya que sus compañeros manteros responsabilizan de lo ocurrido a una persecución policial.

El 26 de marzo de 2015 el Congreso -con mayoría absoluta del PP- dio luz verde a la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana con el rechazo unánime de la oposición y pocos meses después la mayoría de los grupos la recurrieron al Tribunal Constitucional.

Según esta ley, lo que antes figuraban como faltas ahora son infracciones administrativas, que oscilan entre muy graves (multadas con entre 30.001 a 600.000 euros), graves (de 601 a 30.000 euros) y leves (de 100 a 600 euros).