Meritxell Batet jura su cargo como ministra de Política Territorial y Función Pública del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez en presencia del rey Felipe VI. | Reuters

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Con un discurso sereno y un carácter dialogante, la catalana Meritxell Batet será la ministra para las administraciones territoriales del Gobierno de Pedro Sánchez, con el principal reto de ayudar a rebajar el conflicto independentista y normalizar la relación institucional con la Generalitat de Cataluña.

Nacida en Barcelona en 1973, Batet ha sido una de las personas más cercanas en los últimos años al líder socialista, de quien fue su número dos por Madrid en las elecciones generales de 2015. Tras aquellos comicios, Sánchez le encomendó formar parte del equipo negociador para intentar formar Gobierno, sin éxito finalmente.

Ambos cuajaron una estrecha amistad cuando eran jóvenes diputados en la bancada socialista. Fruto de esa confianza, Batet formó parte del llamado consejo de 'sabios' de Sánchez y fue secretaria de Estudios y Programas de su anterior ejecutiva, en su primera etapa como secretario general del PSOE. Su nombre sonó multitud de veces como vicepresidenta si Sánchez acababa gobernando por entonces.

Pero fue una carambola final la que la llevó a ser candidata del PSC en la repetición electoral de 2016, cuando la exministra Carme Chacón renunció a última hora a repetir al frente de la lista de los socialistas catalanes. Todas las miradas se clavaron entonces en Batet, que acabó aceptando un reto nada fácil.

No fue capaz de remontar los malos resultados de Chacón, que ya habían sido los peores de la historia del PSC en unas generales. Tanto fue así que Batet logró siete escaños, uno menos que Chacón.

Tras la abrupta dimisión de Pedro Sánchez como secretario general en octubre de 2016, fue una de las diputadas del PSC que se mantuvo fiel al «no es no» en la investidura de Mariano Rajoy, lo que derivó en una crisis de relaciones entre socialistas catalanes y el PSOE.

Y aunque en las primarias socialistas apoyó a Patxi López y después no entró a formar parte de la nueva cúpula del PSOE en el segundo mandato de Sánchez como secretario general, lo que sugirió un cierto distanciamiento, Sánchez siguió confiando en ella como una de las piezas clave en el Congreso.

En ese sentido, es secretaria general adjunta del grupo socialista en la Cámara Baja y enlace entre PSC y PSOE, en su rol de coordinadora de los diputados del PSC. Además, es miembro de la comisión parlamentaria para la revisión del modelo territorial.

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Meritxell Batet en pocas ocasiones aparta la mirada de su interlocutor en una conversación. Una mirada intensa de ojos verdes claros que acompasa con un discurso sereno y dialogante, alérgico al grito y al aspaviento. Rara vez eleva la voz más de la cuenta.

Amante de los quesos y el vino, lectora de poesía catalana y de novela, cursó estudios de piano y danza rítmica, contemporánea y clásica en su juventud, y llegó a plantearse dedicarse a ello. En el arranque de campaña en 2016 se le pudo ver bailar junto a Miquel Iceta, ya un momento clásico en el PSC. Del líder catalán es una persona de máxima confianza personal.

Una rotura de tobillo le obligó a cambiar la danza clásica por la contemporánea, pero finalmente abandonó la disciplina para concentrarse en llegar a la universidad y cursar Derecho, estudios que ella, hija de padres divorciados, pagó sirviendo copas por las noches en las conocidas salas barcelonesas de Nick Havanna y Bikini.

No eran tiempos fáciles, en los que el sueldo de Batet fue durante algún tiempo el único que entraba en la cuenta corriente de su casa. Incluso, cuando aún vivía con su madre, ambas fueron desahuciadas. De un día para otro se encontraron con un candado en la puerta de casa, como relata la propia Batet.

En 1995 se licenció en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en la que fue profesora tras realizar los cursos de doctorado en Derecho Público.

Su salto a la política lo dio como independiente en el undécimo lugar de la lista del PSC de Barcelona en las generales de 2004. Consiguió un escaño que ha mantenido en otras cuatro legislaturas, las de 2008 -año en el que se afilió al PSC-, 2011, 2015 y 2016.

Afincada en Madrid, es madre de dos hijas gemelas -Adriana y Valeria-, que alumbró en 2013 en esa ciudad. Curiosamente, nacieron el 24 de septiembre, Festividad de la Mercè, patrona de Barcelona.

Dos hijas fruto del matrimonio que contrajo en 2005 con el entonces diputado popular José María Lassalle -quien fue secretario de Estado de Cultura y, hasta ahora, ha sido secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital de España, en el Gobierno de Mariano Rajoy-, y del que se separó en mayo de 2016.

Ahora, como ministra, Batet tendrá un papel protagonista en la búsqueda de una solución para la crisis catalana. Y, con su estilo diplomático y sosegado, y sin olvidar al resto de comunidades, dar los primeros pasos de baile hacia una necesaria distensión.