Discotecas de la capital catalana fueron examinadas como posibles objetivos de atentados por parte de la célula yihadista. | Efe

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Los terroristas del 17-A tomaron como inspiración el atentado de 2015 a la sala Bataclán, en París, y fijaron como posibles objetivos discotecas y festivales de Barcelona y Benicàssim (Castellón) por ser ejemplo del modo de vida occidental que distrae a los musulmanes de sus «verdaderas preocupaciones».

Lo evidencian las numerosas búsquedas que realizaron por internet de varios locales de ocio y festivales y que los Mossos d'Esquadra recogen en un informe que obra en el sumario de los atentados del pasado 17 de agosto en Cataluña.

A través del análisis del contenido de un móvil hallado en las ruinas del chalé de Alcanar (Tarragona), donde prepararon los atentados y que previsiblemente pertenece a Mohamed Hychami –abatido en Cambrills–, los investigadores dan cuenta de las numerosas búsquedas de este tipo que los terroristas comienzan a realizar desde el 8 de agosto.

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En concreto, buscaron el aforo de la discoteca Colossos (ubicada en Lloret de Mar –Barcelona–), de 1.800 personas, parecido a la sala Bataclán. Otras discotecas famosas de Barcelona fueron objeto de búsqueda de los terroristas, como Razzmataz, Pachá y Badgad. Esta última es una sala de espectáculos pornográficos que, según el informe, supone un «ejemplo de lugar contrario a la virtud y a la moral según el ideario yihadista».

Comunidad LGTB

«Las discotecas gay de Sitges» y «Las discotecas gay Sitges, la más grande» fueron sus siguientes consultas en la red, «objetivos que estarían plenamente en la línea de las directrices» del Dáesh, como evidencia el ataque a la sala Pulse en Orlando (EEUU), muy popular en la comunidad LGTB de dicha población, en junio de 2016.

A partir del 13 de agosto, cuatro días antes de los atentados, se empezaron a interesar por conocidos festivales de Sitges (Barcelona) y de Benicàssim, que dista de Alcanar sólo 76 kilómetros.