La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo . | XOÁN REY.

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El PSOE dio ayer inicio al nuevo curso político con un acto en Santiago de Compostela en el que participó la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y en el cual las intervenciones estuvieron marcadas por los elogios a la labor del nuevo Ejecutivo desde su llegada al poder.

La cita congregó a más de trescientas personas en un hotel del casco histórico de la capital gallega, en el que estuvieron presentes representantes destacados del partido a nivel gallego, como el secretario general, Gonzalo Caballero; el portavoz parlamentario Xoaquín Fernández Leiceaga, el eurodiputado José Blanco y alcaldes y cargos orgánicos varios.
Loas al nuevo Ejecutivo

La vicepresidenta del Gobierno fue la encargada de cerrar el evento con un discurso repleto de alusiones a los trabajos del nuevo Ejecutivo y al debate territorial abierto con Catalunya, en relación con el cual se refirió a que «nadie» va a «romper» ni a «alterar» el marco constitucional vigente.

De acuerdo con Calvo, España afronta «un proceso emocionante y constructivo, pero también muy inquietante», para resolver la crisis catalana, por lo que pidió al resto de partidos que «arrimen el hombro» y contribuyan a solucionarla en vez de ir «creando tensiones».

La miembro del Ejecutivo central también explicó que no es momento de convocar elecciones anticipadas, como demandan algunas formaciones, sino que primero se debe restablecer un Estado del bienestar deteriorado tras años de gobiernos de derechas. «O la democracia es Estado de bienestar o estamos hablando de contar votos malamente», sostuvo Calvo, quien también destacó la experiencia del PSOE y su validez para afrontar los actuales retos que afrontan tanto España como Europa ante el auge de movimientos que exaltan «viejos egoísmos» y postulados discriminatorios.

«Hay mucha gente tensando las cuerdas», consideró, por lo que se debe actuar con «responsabilidad» para impedir la quiebra de un sistema, el europeo, al que calificó como «lo mejor» que le ha pasado a España en cuarenta años de democracia.

La vicepresidenta intervino tras ser precedida en el uso de la palabra por el secretario general de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, que ensalzó al nuevo Ejecutivo central como un gobierno de «dignidad» y contrapuesto a sus antecesores en el cargo. Caballero saludó el inicio de un cambio de ciclo en la política española y gallega.