El presidente del Gobierno Pedro Sánchez. | Mariscal

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El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, ha instado al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a acatar las sentencias que pueda haber contra los dirigentes independentistas y le ha pedido hablar con todos los catalanes y afrontar el diálogo con más responsabilidad y menos «gesticulación».

Sánchez se ha referido al discurso de ayer de Torra en las que aseguró que no aceptaría una condena de los independentistas que están en prisión y siguió defendiendo un referéndum de autodeterminación.

En una conferencia de prensa en Enköping (Suecia) junto al primer ministro sueco, Stefan Löfven, el jefe del Ejecutivo ha subrayado que su Gobierno se ha tomado en serio el diálogo y la negociación con el Govern y está abriendo ya de hecho ese espacio con decisiones en materia de financiación o de las medidas sociales que fueron recurridas ante el Tribunal Constitucional.

Tras recalcar que esa es su obligación e intentar que la política sirva a la convivencia no a enquistar los problemas, ha pedido al Govern actuar de la misma forma. «Lo que tiene que hacer el Govern es abrir un gran debate, una gran conversación entre los no nacionalistas y los nacionalistas en Cataluña. La oferta del president Torra -ha proseguido- puede satisfacer a una mitad de catalanes, pero no a la otra mitad».

Sánchez ha insistido en su propuesta de mejorar el autogobierno mediante una reforma del Estatut y en la necesidad de que Torra hable con todas las fuerzas políticas catalanas en el Parlament, que ha lamentado que permanezca cerrado durante el mes de septiembre.
En relación con la negativa de Torra a aceptar una hipotética condena de los dirigentes independentistas que están en prisión, ha subrayado que España es un estado social y democrático de derecho.

«Lo que tenemos que hacer los gobernantes es, aunque no se compartan las sentencias, acatarlas, porque eso es lo que nos define en la convivencia en el conjunto de la sociedad catalana y española», ha añadido.

Sánchez ha reiterado que lo que está en juego en Cataluña no es la independencia, sino la convivencia, y por eso ha pedido que todo el mundo haga «un ejercicio de más responsabilidad y de menos gesticulación».

Y eso pasa, a su juicio, por el hecho de que, una vez que el Gobierno ha iniciado la vía del diálogo, el Govern abra esa conversación entre nacionalistas y no nacionalistas.