El paro tendrá efecto al menos en España, Portugal, Italia, Bélgica y Holanda. | Hannah Mckay

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El personal de cabina y pilotos de Ryanair convocarán una nueva huelga en varios países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, para el próximo 28 de septiembre, si bien la fecha definitiva aún podría variar, confirmó una fuente sindical en Bélgica.

El paro tendrá efecto al menos en España, Portugal, Italia, Bélgica y Holanda y, en principio, se fijará el viernes 28, si bien la fecha definitiva se anunciará el próximo jueves en Bruselas, antes de una reunión entre sindicatos y miembros de las direcciones generales de Transporte y de Empleo de la Comisión Europea (CE).

En esa entrevista estarán representados los trabajadores de Italia, España, Portugal, Bélgica y Holanda de la aerolínea de bajo coste, quienes solicitarán al Ejecutivo comunitario que actúe «contra el modelo perverso de Ryanair, copiado por otras compañías y precarizando el sector aéreo».

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En paralelo, este miércoles los trabajadores de la aerolínea irlandesa en Alemania han convocado un paro de 24 horas que ha obligado a cancelar cuatro vuelos en Baleares.

El personal de cabina de Ryanair, enfrentado con la dirección de la compañía por las condiciones de los trabajadores, ya convocó paros en varios países europeos los pasados 25 y 26 de julio y también el 10 de agosto.

Los huelguistas exigían a la compañía que respete sus derechos laborales y acepte que los trabajadores elijan a sus representantes sindicales para negociar un contrato colectivo, entre otras reivindicaciones.

«No avanzamos, no avanzamos, solo ganan tiempo», explicó un responsable sindical en Bélgica preguntado por el estado de las negociaciones con la dirección de la compañía.
La misma fuente agregó que se está trabajando para que los asalariados de Ryanair en el Reino Unido también se sumen al nuevo paro y «quizá otros» empleados de otros países.
La falta de cohesión en las convocatorias de huelga se debe al complejo entramado laboral de Ryanair, que somete los contratos de sus empleados a las legislaciones de diferentes países, lo que dificulta el derecho a la huelga, según denuncian sus asalariados.