El presidente de la Generalitat, Quim Torra, a su llegada al pleno del Parlament. | Toni Albir

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El independentismo perderá su mayoría en el Parlamento catalán tras la decisión de JxCat de mantener su posición y no designar a sustitutos para sus cuatro diputados suspendidos por el Tribunal Supremo, por lo que esos votos no serán contabilizados en las votaciones del pleno.

Las fuerzas independentistas tenían hasta ahora una mayoría de 70 escaños en el Parlament, gracias a los 34 escaños de JxCat, los 32 de ERC y los 4 de la CUP, pero sin los cuatro votos de los diputados encausados de JxCat ni tampoco el del exconseller Antoni Comín (ERC), pendiente del recorrido judicial de su causa en Bélgica, los soberanistas solo suman ahora 65 diputados, a tres escaños de la mayoría absoluta de 68 diputados.

Además, al sumar también 65 escaños el resto de partidos de la oposición -Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú Podem y PPC-, el independentismo tampoco podrá garantizar imponerse en votaciones por mayoría simple.

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En caso de producirse un empate en una votación, las propuestas parlamentarias acaban decayendo si, tras tres votaciones, se mantiene dicho empate.

En caso de que en las próximas votaciones se produjera un empate a 65 votos, se deberá repetir la votación y, en caso de persistir el empate, el presidente del Parlament, Roger Torrent, suspenderá la votación durante unos minutos; transcurrido ese tiempo y si se produce de nuevo un tercer empate, la iniciativa parlamentaria se considera entonces rechazada y decae.

La Mesa del Parlament, con votos a favor de ERC y el PSC, ha acordado este martes dejar «sin efectos jurídicos» los escritos presentados por Junts per Catalunya sobre la delegación de voto de sus cuatro diputados suspendidos, por lo que se insta a ese grupo a reformular el escrito de petición de designación de votos.

Pero los cuatro diputados suspendidos de Junts per Catalunya -Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull- han emitido un escrito en el que mantienen que su delegación de voto es «perfectamente ajustada a derecho», por lo que «asumen» que sus votos «dejarán de ser contabilizados» en el pleno.