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El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ha anunciado este miércoles que la Embajada griega en España va a cesar a su cónsul honorario en Barcelona, Fernando Turro, por «agraviar a la bandera del Estado español en la calle». «Eso un cónsul no lo puede hacer», ha remachado.

«Un ciudadano de a pie puede hacer lo que quiera porque aquí tenemos una libertad de expresión tan amplia que permite quemar la bandera nacional o la imagen del Rey, pero un cónsul no, y si me entero de que lo hace llamo al embajador y le pido el cese, pero a veces no hace falta porque el embajador se ha enterado y lo hace él mismo», ha dicho Borrell.

Fuentes diplomáticas han explicado que este cónsul honorario fue visto en actos que no son propios de un cónsul. En concreto, participó, en diciembre de 2017, en un acto fuera de España con el expresidente catalán Carles Puigdemont y en la última Diada se manifestó con una camiseta con la bandera independentista. A raíz de estos hechos, la introductora de embajadores, Caridad Batalla, citó al embajador griego en España la semana pasada y éste se comprometió a cesarlo.

El ministro ha respondido así a la diputada de ERC Laura Castell Fort que, durante una comparecencia en la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE, le ha reprochado el cese de cónsules honorarios en Catalunya por su apoyo al secesionismo.

El ministro ha puntualizado que los cónsules han sido cesados por sus respectivos embajadores. Los cónsules honorarios no son diplomáticos, tienen menos competencias que los cónsules de carrera y, con frecuencia son ciudadanos del país de destino, no del Estado al que representan.

Esta es la primera ocasión que, con el Gobierno del PSOE, se cesa a un cónsul honorario en Catalunya por motivos relacionados con el proceso independentista, pero con el del PP fueron cuatro los cesados en los últimos años: Finlandia, Filipinas, Letonia y Bulgaria.