El magistrado de la Audiencia Nacional ha rechazado así los recursos de reforma que plantearon 17 acusaciones particulares, entre ellas la AVT y la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, para incluir a los delitos de integración en organización terrorista y depósito de armas por los que ya están procesados Driss Oukabir y Mohamed Houli, los delitos de 15 asesinatos consumados y otros 140 en grado de tentativa.
Con respecto al tercer procesado Said Ben Iazza -procesado por colaboración con organización terrorista-, las acusaciones también reclamaron al juez que cambiara su imputación por la de integración y depósito de explosivos, pretensión que también rechaza Andreu en el auto en el que confirma el auto de procesamiento que dictó el 10 de octubre para los únicos 3 supervivientes de la célula de Ripoll.
Si bien el juez considera «del todo punto evidente» que el objetivo de la célula era cometer varios atentados con los explosivos que fabricaban en Alcanar (Tarragona), la explosión de la vivienda el día antes de los atentados «frustra e imposibilita la posibilidad de seguir adelante con los planes trazados».
Por tanto, Andreu concluye que no hay indicios de que Oukabir -a cuyo nombre se alquiló la furgoneta del atropello de Las Ramblas- y Houli -que resultó herido y detenido tras la explosión de Alcanar- conocieran o participaran en los nuevos planes que llevaron acabo el resto de integrantes de la célula el 17A.
El juez, contra cuya decisión cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Penal, argumenta que de las diligencias que obran el sumario «no cabe deducir, racional y fundadamente, la participación de los procesados en los hechos que la parte recurrente pretende imputarles».
Y es que -añade el auto- las acusaciones no han podido «ofrecer ningún indicio de criminalidad, racional y suficiente, que permita ampliar la declaración de procesamiento en los términos que se solicita».
Sobre Houli, Andreu explica que no existe «el más mínimo indicio de que pudiera participar, ni siquiera conocer, los planes» del 17A y recuerda que, cuando se le preguntó en el hospital por los miembros de la célula, desconocía su paradero y se mostró «sorprendido y apesadumbrado» al conocer su fallecimiento.
«Ello evidencia que nada sabía respecto de la actividad desplegada por sus amigos y compañeros tras la explosión de Alcanar», destaca.
Respecto a Oukabir, el magistrado expone que no hay ningún dato de que participara en el atentado o supiera de los planes de la célula y no cree que se pueda deducir eso del hecho de que se alquilara el vehículo a su nombre.
En cuanto a Ben Iazza, el juez se basa en la doctrina jurisprudencial para considerarle colaborador con la célula terrorista, a la que, señala, prestó su voluntaria aportación, pero en la que en ningún momento llegó a integrarse.
Además de los recursos de las víctimas, Andreu ha rechazado también los de las defensas, que alegaban que no existían indicios suficientes para atribuirles a los tres procesados los delitos de integración en organización terrorista, delito de fabricación, tenencia y depósito de explosivos y de estragos en grado de tentativa.
El juez procesó por este último delito a los dos principales implicados por los planes que tenía la célula de hacer «uno o varios atentados de grandes dimensiones» en Cataluña en lugares emblemáticos como la Sagrada Familia y que quedaron frustrados por la explosión Alcanar.
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