Según han indicado fuentes conocedoras de estas reuniones, tras llegar a un acuerdo para solicitar la renovación del permiso de Almaraz por 7,4 años para su grupo I y por 8,2 años para el II, se ha avanzado para hacer lo mismo con Vandellós II, que al igual que Almaraz tiene que solicitar la renovación antes del próximo 31 de marzo, y Ascó II, que tendrá que pedirlo el año que viene.
En el caso del grupo II de Vandellós -el grupo I fue cerrado en 1990 tras sufrir un incendio y está en fase de desmantelamiento-, la renovación se va a solicitar por diez años a contar desde el 30 de julio de 2020, que es cuando expira la licencia vigente, con lo que extenderá su operación con este permiso hasta julio de 2030.
No obstante, podrá pedir una prórroga más, ya que, según el acuerdo que firmaron las empresas propietarias de nucleares con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), podrá seguir operando hasta 2035 y sería la penúltima central que cerraría de todo el parque nuclear español.
Las inversiones previstas para que Vandellós II, participada en un 72 % por Endesa y en un 28 % por Iberdrola, siga operando hasta 2030 ascienden a 248 millones de euros.
Al igual que ocurre con Almaraz, si las condiciones que imponga el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para obtener el nuevo permiso superan esa cantidad, los socios se volverían a reunir para decidir si siguen con la solicitud de la licencia, aunque a diferencia de lo que han hechos los propietarios para la central cacereña, ni en este caso ni en el de Ascó II han establecido un porcentaje a partir del cual sentarse a reconsiderar la decisión.
En el caso de Almaraz, volverían a discutir si se sigue con la solicitud de la licencia si las actuaciones requeridas por el CSN rebasan en un 50 % a las previstas en el plan de negocio hasta 2028, que ascienden a 400 millones de euros.
En todos los casos, la decisión se deberá adoptar por unanimidad, con independencia del porcentaje de participación que tenga cada empresa en las plantas, como ha venido siendo siempre con las nucleares.
Tampoco en el caso de Ascó II, en la que Endesa tiene un 85 % e Iberdrola un 15 %, se ha establecido el porcentaje en que se tendrían que desviar las inversiones para reconsiderar si se sigue pidiendo la licencia.
La decisión adoptada este viernes para pedir para esta planta también la renovación del permiso por diez años se revisaría en el caso de que las condiciones requeridas por el CSN superen la cifra de inversión que han previsto sus propietarios para ese nuevo periodo, que asciende a 356 millones de euros.
A diferencia de Almaraz y Vandellós que tienen que solicitar el nuevo permiso antes del próximo 31 de marzo, Ascó II no tiene que hacerlo hasta el año que viene, pues con el actual puede operar hasta 2021 y con el de diez años que tendría que obtener un año antes en 2020, podría operar hasta 2031.
Ascó II, como Vandellós podría optar a una nueva prórroga para después de 2031, pues el cronograma pactado con Enresa para el cierre ordenado del parque nuclear español extiende su vida hasta 2032, si bien es verdad que el nuevo permiso tendría una duración mucho más exigua que el que puede pedir Vandellós II tras agotar el nuevo que obtenga ahora, pues no tiene que cerrar hasta 2035.
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