El presidente del Gobierno en funciones asegura que "ningún enemigo de la democracia merece un lugar de culto ni de respeto institucional". | Europa Press

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha reivindicado este martes (madrugada del miércoles en España) ante la ONU la exhumación del dictador Francisco Franco destacando que la sentencia del Tribunal Supremo permite «cerrar un capítulo oscuro de la historia» de España, dado que «ningún enemigo de la democracia merece un lugar de culto ni respeto institucional».

En su discurso ante la 74 sesión de la Asamblea General, Sánchez ha lamentado que España, «uno de los primeros estados modernos del planeta», no formara parte del «club de estados fundadores de Naciones Unidas». «No lo fuimos por una sencilla razón: la dictadura franquista, que tuvo secuestrado a nuestro país durante casi cuarenta años, colaboró con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, algo incompatible con formar parte de una organización que se creó para fomentar la paz», ha subrayado.

Con la sentencia del Tribunal Supremo que da luz verde a la exhumación, ha dicho, «se ha cerrado simbólicamente el círculo democrático», entendiendo que los restos del dictador han reposado «inmoralmente durante demasiado tiempo» en el Valle de los Caídos. «Es una gran victoria de la democracia española», ha insistido.

«UNA DE LAS DEMOCRACIAS MÁS GARANTISTAS»

Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia de que España «saliera de aquella dictadura sombría y fuera capaz de construir un país próspero, descentralizado y comprometido con la diversidad». «Uno de los países con mejor asistencia sanitaria, de los más seguros, considerado como una de las democracias más sólidas y garantistas del mundo. El mejor país para viajar y uno de los mejores países para vivir», ha añadido.

Sánchez ha recalcado que «los españoles eligieron la paz, la libertad y la democracia» y que con esas herramientas quiere «seguir construyendo el futuro». Y ha puesto en valor que en España «se está gestando con mucha fuerza una gran revolución» que es «la cuarta ola del feminismo». Sánchez ha definido el machismo como «cuestión de Estado» y como «preocupación cotidiana de la mayoría social» y ha reivindicado también a la comunidad LGTBI: «nos ha dado una auténtica lección de derechos humanos porque no hay mejor bandera que la que abraza la diferencia como riqueza humana».

COMPROMISOS DE 200 MILLONES

Sin alusiones a la situación política interna en España, el mismo día en que se han disuelto las Cortes y convocado nuevas elecciones, Sánchez ha presentado su visión de los retos más urgentes a los que se enfrenta el mundo: «el hambre, la emergencia climática, la revolución digital, la desigualdad económica y social, la violencia de la guerra y la discriminación», para lo que «España defiende una acción global y conjunta».

En ese sentido, ha anunciado que España contribuirá con 100 millones de euros en cinco años al Fondo Conjunto de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y el segundo anuncio es que España va a volver a la comunidad de donantes del Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, con otros 100 millones en cinco años.

«UNA RESPUESTA PROGRESISTA»

Para Sánchez, los retos de la emergencia climática, las migraciones, la justicia social en plena transformación tecnológica necesitan soluciones globales, así que ha advertido de que «todas las respuestas que busquen el mantenimiento del statu quo y la vuelta a un pasado idealizado, que no fue tal» están «condenadas a fracasar».

«Quienes se encierran ahora en el discurso del proteccionismo o del ultranacionalismo, en definitiva, el discurso del miedo, están profundamente equivocados», ha proseguido, avisando de que «mirando hacia atrás no se consigue que el futuro desaparezca». A su modo de ver, «a la cuestión del progreso hay que darle una respuesta progresista».

En la misma línea, y frente a discursos como el del presidente estadounidense Donald Trump, ha defendido que para lograr una globalización que cree riqueza y la distribuya de forma justa, «frente a las desconfianzas y la guerra sucia, es necesario tender puentes, y un ejemplo de ello son los nuevos acuerdos comerciales alcanzados entre Mercosur y la Unión Europea».

«Las tensiones comerciales representan una gran amenaza para la prosperidad», ha señalado, al tiempo que ha pedido dejar atrás las «acciones unilaterales» y resolver las diferencias en el marco de una Organización Mundial del Comercio (OMC) que debe ser reformada.

En relación con las migraciones, ha llamado a decir «no a las políticas viscerales y simplistas que nacen del odio y del rechazo» y a cumplir con los acuerdos de Marrakech, además de insistir en la receta de la cooperación entre países de origen, tránsito y destino. Sánchez se ha mostrado convencido de que una migración regulada, segura y ordenada «enriquece a todos los que se ven implicados en ella».

EMERGENCIA CLIMÁTICA

Sánchez ha advertido de que «la Tierra se está desangrando» y ha indicado que el Acuerdo Climático de París y la Agenda 2030 contienen el «diagnóstico, los objetivos y la hoja de ruta» para hacer posible que «el futuro sea lo que queramos que sea».

«No actuar no es una elección, es una irresponsabilidad. (...) Estamos frente a una emergencia climática que no admite excusas», ha remachado Sánchez, que ha expuesto que él se plantea «el reto del cambio climático como una gran oportunidad para transformar el modelo económico» y el mercado de trabajo.

Todo ello haciendo hincapié en que los grandes retos globales están conectados: «La deslocalización industrial genera desempleo en la región de salida, pero también un impacto medioambiental en la región de llegada. El calentamiento global afecta a los medios de vida de los países del sur y también provoca movimientos migratorios hacia el norte. Los países ricos del norte caen seducidos por el racismo, el discurso del odio y echan la culpa a los migrantes de sus 'problemas del primer mundo'», ha resumido Sánchez en su intervención.