La sentencia responde así a la vulneración de derechos alegada por las defensas en relación al devenir del juicio oral y enumera la serie de atenciones que tuvieron los procesados para rebatir que hubiese conculcación alguna.
«Se arbitraron los medios precisos para que durante los momentos de interrupción o suspensión del juicio, ninguno de los acusados fuera trasladado a dependencias penitenciarias. Se prohibieron los grilletes o esposas durante los desplazamientos de los acusados hasta el salón en el que se desarrollaban las vistas», enumera el Supremo.
Y sigue: «Fue habilitada una dependencia del Tribunal Supremo -el lugar en el que históricamente se reunía la Sala de Gobierno del propio Tribunal-, convirtiéndola en el punto de encuentro con familiares que quisieran asistir a las sesiones del plenario».
Conforme recoge, «se sustituyó el menú diario que acompaña a cualquier preso preventivo durante los días de celebración de juicio -integrado por un bocadillo y una pieza de fruta-, por un catering que incluía comida caliente, dos platos y postre».
Además, «se permitió a todos los acusados abandonar 'el banquillo' y ubicarse en el estrado, manteniendo la proximidad con sus respectivos Letrados» y durante las sesiones «no se impidió a los acusados el uso de sistemas telemáticos de comunicación con terceros, con el fin de no restringir la búsqueda de materiales y documentos que pudieran servir de apoyo a la línea argumental» de sus abogados.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.