La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. | Kiko Huesca

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La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha adelantado este miércoles que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) no va llegar a los 1.000 euros en 2020 y que el incremento tiene que ser progresivo y asumible, de forma que «no provoque grandes problemas en pequeñas y medianas empresas».

«De una vez, no», ha contestado Calvo en una entrevista en la Cadena SER directamente cuestionada por si se iban a llegar a los 1.000 euros este mismo año desde los 900 euros actuales.

Calvo también ha avanzado que se modificará por real decreto ley el artículo 52.d que permite los despidos por determinadas bajas médicas. «Tiene prácticamente fecha», ha afirmado.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se reúne esta tarde con los agentes sociales para abordar el alza del SMI, así como empezar a analizar aspectos de la reforma laboral del PP.

Calvo ha defendido que la subida del salario mínimo «no destroza empleo», conviene al fortalecimiento económico del país y se hará sin causar «daños colaterales» que puedan poner en riesgo el crecimiento del empleo.

La vicepresidenta primera ha subrayado que el «deseo» del Gobierno es subir el salario mínimo, que es una obligación de la Carta Social europea, pero ha pedido equilibrio y corresponsabilidad para que pueda ser asumida sin riesgos.

Sobre qué aspectos serán derogados en esta reforma, Calvo se ha limitado a decir que habrá que ajustarlo con los sindicatos, si bien, ha admitido que hay asuntos «urgentes y graves, que irán rápidos».

A la pregunta de si las relaciones con la Iglesia cambiarán con este Gobierno en lo referente a la fiscalidad, Calvo ha asegurado que será «más justa» y, por tanto, ésta tendrá que pagar el IBI en aquel patrimonio «que no esté afecto a sus funciones como religión».