Este domingo el Gobierno comenzó a repartir entre las comunidades autónomas 1,02 millones de test rápidos, de los cuales el 50 por ciento irán destinados a la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía. Además, y según anunció el ministro de Sanidad, Salvador Illa, estas herramientas tienen que ser utilizadas como complemento a las pruebas PCR, y anunció que a lo largo de esta semana van a llegar otro millón de estos test, dentro del acuerdo con proveedores chinos para la compra de un total de 5,5 millones.
«Vamos a hacer test de forma masiva tanto como sea posible», dijo el ministro este domingo, al tiempo que recordó que si los test rápidos dan negativo se tienen que hacer pruebas PCR para verificar que no existe infección. No obstante, no explicó cómo se va a testar a la población y qué criterios se van a seguir aplicarlos.
En este sentido, la doctora ha explicado este lunes que en la nueva y «larga» etapa que se vislumbra, debido a la disminución del número de casos, se plantean dos estrategias. La primera consiste en detectar precozmente los casos, ya sean leves o graves, para aislarlos, para lo cual se van a utilizar los test rápidos y las PCR.
Asimismo, la segunda estrategia consiste en saber cómo está circulando el virus y qué pacientes han pasado ya la enfermedad, para lo cual se están diseñando «importantes estudios» de seroprevalencia que ayudarán a ir relajando las restrictivas medidas de distanciamiento social reflejadas en el Real Decreto del estado de alarma por coronavirus.
1 comentario
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Que pena que no existan los test de detección de políticos corruptos , darían mucho juego.