Varios surferos en la localidad de el Cotillo, al norte de la isla de Fuerteventura. | Carlos de Saá

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El Gobierno contempla que la apertura de las fronteras internacionales no será recomendable antes de principios de julio, es decir, una vez terminada la 'desescalada' y cuando ya sean posibles los movimientos entre provincias.

Así lo han señalado fuentes diplomáticas, que están informando del calendario español a las autoridades europeas, al tiempo que tratan de negociar que los países de la zona Schengen sigan criterios epidemiológicos comunes y no discriminatorios a la hora de reabrir sus fronteras.

El plan no contempla la posibilidad de que algunos territorios puedan recibir viajeros internacionales antes que otros, como se ha planteado en Baleares y Canarias, puesto que la previsión es que toda España entre a la vez en la llamada «nueva normalidad».

Sin embargo, las comunidades en cuestión podrán plantearlo en sus conversaciones con el Ministerio de Sanidad, teniendo en cuenta, eso sí, el riesgo que importar nuevos contagios supone.

Los gobiernos europeos están en pleno debate sobre la reapertura de las fronteras, en vísperas de que la Comisión Europea presente, la próxima semana, sus recomendaciones sobre las fronteras internas del área Schengen.

El Gobierno español concede que no todos los países del área Schengen pueden abrir sus fronteras al mismo tiempo, porque no todos están en la misma fase de gestión de la pandemia y podría incluso ser perjudicial, pero sí quiere que la reapertura se rija por criterios epidemiológicos comunes y no discriminatorios.

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Su previsión es que el calendario español no será muy distinto al de Francia o Italia, que son, además, los otros dos grandes destinos turísticos europeos.

Así, el Gobierno quiere que para principios de julio se hayan acordado una serie de protocolos comunes para la actividad turística, por ejemplo normas sobre fronteras, seguridad, higiene o aforo en aeropuertos, medios de transporte o instalaciones, así como de disponibilidad de centros de salud, para no generar distorsiones.

El asunto lo hablaron el pasado martes la ministra española de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, y la vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager, que preside el grupo de contacto para el turismo del Ejecutivo comunitario. España quiere hacer valer su condición de potencia turística y su experiencia para hacer propuestas en este ámbito.
No obstante, lo que está en juego con motivo de la pandemia de Covid-19 no es solo el turismo, sino en general toda la movilidad internacional y sus condiciones de seguridad.

FONDO EUROPEO

Por otro lado, las fuentes consultadas se muestran razonablemente optimistas sobre la posibilidad de que la UE acuerde un fondo de recuperación acorde con las aspiraciones españolas: un fondo de tamaño suficiente (entre un y un billón y medio de euros) que otorgue transferencias no reembolsables y que permita actuar con contundencia y equilibrio para no fracturar el mercado interior.

De hecho, uno de los argumentos que el Gobierno presentó ante sus colegas es que hay que evitar que el mercado interior se rompa porque haya países que puedan ayudar con mucha mayor intensidad que otros a sus empresas, ahora que, con motivo de la crisis, la Comisión Europea ha levantado restricciones a las ayudas públicas.