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La iniciativa parlamentaria para retirar las medallas al torturador 'Billy el Niño', recientemente fallecido, y a otros policías y funcionarios del franquismo, podrá salir mañana adelante gracias a una enmienda transaccional acordada entre PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos, tras un debate en el Congreso que para muchos llega tarde.

Se trata de una proposición no de ley firmada por el PSOE y Unidas Podemos que incluye una enmienda transaccional pactada con Ciudadanos y que se votará mañana pocas semanas después de la muerte del exinspector franquista Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño.

Precisamente, que se le retiraran las medallas era una de las condiciones de Unidas Podemos para apoyar a Pedro Sánchez en la investidura, pero la pandemia de la COVID-19 retrasó este compromiso y el expolicía murió con todas sus condecoraciones.

Las intervenciones de los grupos no han deparado grandes sorpresas, salvo la intervención del diputado de Mas Madrid Íñigo Errejón, que por primera vez ha hablado en el hemiciclo de su padre.

No tenía intención de intervenir, como ha confesado, pero la intervención del diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz Gómez le ha decidido a ello.

El diputado de la formación naranja ha comenzado su intervención preguntando si alguien de la Cámara Baja tenía un padre u otro familiar que hubiera sido perseguido por el franquismo o torturado y ha reprochado a los autores de la iniciativa que siempre estén «a vueltas con estos temas», sobre todo en un momento en el que hay problemas más acuciantes.

A Errejón estas palabras le han molestado y ha subido a la tribuna para decir que su padre fue detenido y torturado por Billy el Niño cuando tenía 23 años y es «tan español, que luchó por la libertad».

De paso, ha aprovechado para decir que le gustaría levantarse mañana y que la propuesta estuviera en el BOE a través de un decreto, como hicieron con la decisión de sacar a Franco del Valle de los Caídos.

Otro de los momentos más polémicos del debate ha sido cuando la diputada de JxCat Miriam Nogueras ha llamado «fascista» al coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, recientemente cesado por el Ministerio del Interior.

Nogueras, que ha apostado por destapar «toda la boñiga de las cloacas del Estado», no ha querido retirar ese calificativo de fascista del diario de sesiones, pero la presidenta del Congreso, Mertixell Batet, ha dicho que lo hará.

Desde las filas de Vox, José María Sánchez García ha anunciado que su grupo se opondrá en la votación, porque, entre otras cosas, es contrario «a cualquier pretensión de revisionismo sea de lo que sea», ya que «no sirve para nada, salvo para crispar».

Y ha reprochado a los proponentes que no hayan incluido en el texto nada de los «crímenes de los dirigentes de la Segunda República». «Dejen de molestar a los españoles y abandonen esas intenciones llenas de odio, que es lo que profesan», ha enfatizado.

Por el PP, Luis Santamaría ha criticado a los autores de la iniciativa por empeñarse en hablar del pasado y ha considerado que lo hacen porque, «si hablamos de la policía del presente, sería hablar del ministro falsario» -en alusión al del Interior, Fernando Grande-Marlaska-, de «purgas» y de cosas que «no son superguais tía». «No caeremos en la tentación revisionista», ha apostillado.