La revista dice de Irene Montero que es «cabezota y tolera mal la frustración», como buena hija única, y explica que los sectores más afines a Íñigo Errejón, uno de los damnificados de su fulgurante ascenso en la formación, la reconocen como alguien «capaz, ambiciosa, muy trabajadora y metódica». Sobre su juventud, 32 años, y su posible falta de experiencia destaca que «hay muchos hombres de 50 y 60 años en la política de este país que no han hecho nada más que política. Parecen muy respetables porque son hombres y van con traje y corbata, pero no han tenido ninguna profesión. A veces ni siquiera han terminado sus estudios».
No le asusta que la tilden de radical, en el sentido «de quien va a la raíz», y desde ahí se propone resolver los problemas de la gente, afirma. Es feminista y cita como referentes a Rosa Luxemburgo, Angela Davis y a las madres de la Plaza de Mayo de Buenos Aires, y a pesar de eso no usa el artificio lingüístico de género neutro todes, aunque sí duplica el plural en femenino y masculino. Si bien no economiza el lenguaje sí incluye a más sensibilidades.
Irene Montero rechaza los vientres de alquiler, promueve abolir la prostitución y escapa de las etiquetas. Se muestra cercana a voces socialistas como María Teresa Fernández de la Vega, María Jesús Montero o Bibiana Aído, y poco permisiva con otras integrantes de la vieja guardia.
En Vanity Fair la ministra de Igualdad pone nombre y apellidos a las cloacas del Estado, niega que haya habido financiación irregular de Podemos, donde como en el llamado caso Dina considera que se ha impuesto aquello de tirar la piedra y esconder la mano cuando se acredita la inexistencia de ilícitos. Cree que es «machismo puro» el juzgar a una mujer por su pareja, algo que a ella le ha sucedido en incontables ocasiones.
Sobre las relaciones personales, Montero se confiesa «pudorosa y conservadora»; a pesar de haber probado diferentes cosas durante su juventud «siempre me he sentido heterosexual». Finalmente explica la dificultad de conciliar la vida laboral de alguien de su nivel de responsabilidad con la crianza de tres niños pequeños.
41 comentarios
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No son casta, no, que va...
No sé cómo puede estar casada con Pablo Iglesias. No quiero insultar pero es que no lo entiendo. No sé qué le ve .... y la revista ha caído muy bajo. Irene .... no caes bien.
Solo faltaba eso para que todo el mundo sepa el nivel de nuestros politicos y en que manos estamos
Quiere "picar" muy alto y por eso... mucho más dura será su próxima caída. Ah! Pero caerá con sus bolsillos bien llenos y con buena paga mensual. Y como dice @curioso ella ya está en la Feria de las Vanidades, probablemente lo siguiente será hacerse instagramer.
Montero, la ministra de la igualdad de las mujeres, debe su trabajo por ser la pareja de Iglesias. Sin complejos.
Y que todavía queden ingenuos que se crean a estos tipos, tipas, tipes, tip@s, tipxs... El problema no es que Pablo & Irene se monten su negociete, el problema es que haya alguien que les crea, les justifique y les vote.
Vanity Fair, la feria de las vanidades, parece la revista apropiada.
El Marxismo no está reñido con que el proletario esté bien pagado, sea del gremio que sea, mas bien está reñido con el acaparar capital, de ahí el termino Capitalista. Fácil, no? Pregúntenle a la Sra. Ocasio-Cortes, el grano que le ha salido a Trump.
Irene me gustas. Eres muy guapa. Además gobiernas con Pedro y Pablo
con este posado la revista ha perdido todo el prestigio... ahora ya puede posar cualquiera !!!