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Una de las cuestiones habituales tras decidir adquirir una vivienda propia es si la entidad bancaria nos ofrecerá un préstamo para su financiación. Todos los bancos exigen cumplir con una serie de condiciones, sobre todo cuando la situación inmobiliaria es complicada por la inestabilidad económica.

¿Cuáles son estos requisitos? ¿Cómo podemos comprobar si nos la concederían? La mayoría de bancos cuentan con simuladores y asistentes virtuales en su página web para ofrecer al potencial cliente una idea sobre su financiación.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el estudio de riesgo de esta operación puede resultar negativo y que el banco no nos conceda la hipoteca, dependiendo de lo restrictiva que sea y de la viabilidad económica.

El primer requisito es contar con solvencia financiera y capacidad de endeudamiento, tal y como explican en el portal financiero Rankia. En casi todas las hipotecas que se conceden en España se solicita domiciliar una nómina con ingresos mínimos. «Una vez que has superado este primer requisito, el siguiente paso es que la cuota resultante la hipoteca no podrá superar el 30-35% de tus ingresos netos", indican.

Por otro lado, es aconsejable disponer de una cantidad suficiente de ahorros para hacer frente a los gastos asociados a la adquisición de la vivienda como notaria, gestoría o registro. Estos ahorros deberían ser de, aproximadamente, el 30% del importe del inmueble.

Además de no tener deudas previas en el momento de solicitar la hipoteca, otro de los requisitos exigidos es no tener impagos. «Una deuda en un registro de impagos, sea de telefonía o de préstamos, nos bloquea automáticamente el acceso a una hipoteca», añaden desde el portal de expertos hipotecarios Futur Finances.

El tercer requisito que solicitará el banco es el importe de la vivienda y su valor de tasación. «Los bancos conceden como máximo el 80% de la financiación del menor valor entre compraventa y tasación», destacan en Rankia. Por ello, el resto del dinero deberá ser aportado por el cliente.

A la hora de contratar la hipoteca el banco solicitará un documento que acredite la situación laboral. Las personas que cuenten con un contrato indefinido o con antigüedad en la empresa tendrán más probabilidades de que les concedan la financiación. Esto se debe a que el banco prioriza a los clientes con estabilidad laboral que puedan garantizar la devolución del préstamo.

Por ejemplo, «un trabajador funcionario tiene más opciones de que le concedan una hipoteca que los trabajadores de empresas privadas», subrayan. En el lado contrario están los autónomos, cuyos ingresos son variables.

En este sentido, los bancos también tienen en cuenta el futuro laboral. Cada vez más, «los prestamistas analizan nuestras pautas de conducta laborales, experiencia, contactos y formación multidisciplinar para valorar nuestra capacidad de generar ingresos en el futuro», destacan desde Futur Finances.

En algunos casos, los ingresos de los titulares que van a solicitar el préstamo son insuficientes para asegurar su devolución. Se puede optar por un aval bancario que sirva como garantía adicional en el caso de impago. El patrimonio puede ser un gran respaldo en estos casos y servir como aval.