Entre esos planes figuraba la celebración de un referéndum sobre la monarquía, con el fin de consolidar su posición como heredero del Franquismo a ojos de la ciudadanía. Así se desprende de una serie de documentos de la época que ha desclasificado el Departamento de Estado.
Prado se reunió dos días consecutivos con Kissinger, el 4 y 5 de noviembre, para contarle que Franco se estaba muriendo y que por ello Don Juan Carlos había aceptado asumir la jefatura del Estado en funciones, si bien «no puede tomar decisiones por sí mismo», explicó al secretario de Estado.
El emisario deja claro en su conversación, según la transcripción de la misma, que el entonces Príncipe quiere el consejo tanto de Kissinger, a quien «valora mucho», como del presidente francés, Valéry Giscard D'Estaing, algo que al secretario de Estado le parece razonable, teniendo en cuenta que el mandatario galo es «extremadamente inteligente».
Según cuenta Prado, Giscard considera que la mayoría de la oposición dará al nuevo monarca un plazo de seis meses para organizarse pero luego podrían producirse manifestaciones multitudinarias en las calles.
Por ello, el presidente francés se muestra partidario de «mantener un estrecho contacto con el Ejército» y es de la opinión de que la mejor manera para consolidar el poder del rey es «convocar un referéndum sobre si España debería seguir siendo gobernada por un rey», explica el emisario, que reconoce que existe el riesgo de que fracase.
REFERÉNDUM EN LOS PRIMEROS MESES
Pero, añade, «Giscard siente que si se celebra en los tres primeros meses, será la mejor oportunidad para que la población dé su pleno apoyo al Rey». Don Juan Carlos quiere saber qué le parece este plan a Kissinger, que le dice a Prado que necesita analizarlo más detenidamente.
Al día siguiente le señala que en su opinión, si el referéndum se celebra en un mes, «el príncipe probablemente podría ganar». «Sería una ventaja que el Rey recibiera legitimidad formal», subraya el secretario de Estado, según el memorando de dicho encuentro. «Si lo hacéis bien, podría tener también la ventaja de que pareciera el inicio de un proceso democrático», incide Kissinger.
Prado expone igualmente al jefe de la diplomacia estadounidense la particular tesitura en la que se encuentra el futuro monarca. «Tiene que gestionar la situación con mucho cuidado por la continuada presencia de gente fuerte de Franco», explica.
SOLO ABRIRA UN POCO LAS PUERTAS Y SIN EL PCE
Por ello, adelanta que una vez sea Rey «hablará un poco sobre democracia pero solo abrirá un poco las puertas». «No estará a favor y no aceptará la legalización del Partido Comunista», asegura Prado, aclarando que quiere incorporar a la «opinión política» a su primer gobierno, «pero no quiere avanzar demasiado hacia la izquierda».
Además, indica que Don Juan Carlos parece tener claro que quiere relevar a Carlos Arias Navarro del cargo de presidente del Gobierno ya que considera que «cambia de opinión cada media hora y está controlado por los ministros del Interior y de Prensa» y no cree que le vaya a ser «leal».
Según Prado, ya entonces el Príncipe tenía varios nombres en mente como reemplazo de Arias Navarro, el primero de ellos el conde de Motrico, José María de Areilza. También estaban entre sus opciones Manuel Fraga Iribarne, entonces embajador en Londres, pero pensaba que «actúa mucho según sus sentimientos».
«El Príncipe necesita a alguien que sea frío y leal», reconoce Prado, que también menciona a Kissinger otros nombres como Laureano López Rodo, en cuya contra jugaba ser miembro del Opus Dei; Gregorio López Bravo, que como el anterior había sido ministro de Exteriores pero tenía ciertos problemas financieros; o José María López de Letona, ministro de Industria.
Por otra parte, ambos interlocutores discuten sobre el calendario previsto una vez se produzca la muerte de Franco tanto para su funeral como para la coronación de Juan Carlos. A este respecto, Kissinger promete a Prado que Estados Unidos enviará «la representación más alta posible», llegando a barajarse la posibilidad de que incluso pudiera asistir el presidente, Gerald Ford, a la entronización, ya que tenía prevista una gira por Europa en las semanas siguientes.
APOYO DE EEUU
«Quiero que le asegure al Príncipe que haremos todo lo que podamos para fortalecerle», promete Kissinger, que asegura tener «la más alta consideración personal» por Don Juan Carlos quien, añade, «representa la única garantía institucional de que habrá estabilidad y progreso».
Esa parece ser la gran preocupación del jefe de la diplomacia estadounidense, como deja claro en los dos encuentros con Prado, a quien asegura que está «abierto» a valorar opciones para demostrar dicho respaldo. «La situación española es muy importante y no podemos permitirnos errores», asegura en un momento dado.
Además, Kissinger reconoce que su gran preocupación es que el Príncipe se haya dejado seducir demasiado por los «liberales». «Sé que debe dar algunos pasos para liberalizar el régimen para tener buenas relaciones con Europa, pero no puede abrir la situación hasta el punto de que todas esas fuerzas broten», defiende.
Así, el secretario de Estado reconoce que «el peor error» que Estados Unidos cometió en los años 1960 fue «cuando animamos a una apertura a la izquierda» en Italia lo que provocó que a la larga los cristiano-demócratas se vieran perjudicados. «Puedo garantizarle que no habrá ninguna presión por nuestra parte para que llegue a acuerdos con los comunistas, incluso con los socialistas», recalca Kissinger.
El secretario de Estado vuelve a insistir en este mensaje en su segundo encuentro con Prado. Tras advertir de que seguramente los europeos van a querer que el nuevo Rey lleve a España «hacia la plena democracia y probablemente lo más a la izquierda que pueda», Kissinger sostiene que esto «sería un desastre» si bien admite que el mensaje que le ha trasladado Prado le deja más tranquilo de que Don Juan Carlos no irá por ese camino.
VASCOS Y CATALANES
Por otra parte, Prado también habla del problema vasco y el catalán. Según cuenta a Kissinger, «dicen que están al cien por cien con él, con tres condiciones». La primera de ellas, que puedan recuperar sus derechos históricos simbólicos. «El príncipe cree que eso puede hacerse», precisa.
La segunda, que los líderes nacionalistas vascos encarcelados, no los terroristas, sean amnistiados por el Rey. «El Príncipe siente que esto es posible, pero tendrá que tener cuidado», señala Prado. Y en tercer lugar, que los etarras encarcelados sean juzgados por tribunales civiles y no militares. «El Príncipe ha accedido a pensárselo», señala Prado, que adelanta que Don Juan Carlos «planea hacer una visita sorpresa» al País Vasco «en señal de que entiende su problema».
En lo que se refiere a los catalanes, Prado asegura que le preocupan menos. «Los que quieren la independencia son un pequeño grupo» mientras que «los 'liberales' han prometido el pleno apoyo al Príncipe». «Puede que haya un problema en el futuro pero por ahora le dieron su apoyo», acota.
12 comentarios
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Recuerden lo que dijo el presidente (EPD) Adolfo Suarez tapando el micro en una entrevista en 1995 de Victoria Prego que el Referéndum Constitucional de 1978 fue manipulado para consolidar la Monarquía. "Simplemente que cuando la mayoría de los Jefes de Gobierno extranjeros me pedían un referéndum "Monarquía o República" ¡Hacíamos encuestas y perdíamos!. Entonces y metí la palabra Rey y la palabra Monarquía en la Ley (Ley para la Reforma Política), así dije que se había sometido a referéndum ya" DE esa Ley se hicieron las primeras elecciones en España después del Franquismo y prepararon la Constitución y la gente tuvo que votar a la totalidad (o Pseudo-Democracia o Dictadura) en el Referéndum para ratificar la Constitución. Nos metieron la Monarquía con calzador en la Constitución, una institución franquista que nunca ha querido democratizarse ¿Saben porqué? pues porque aún seguirían perdiendo. https://www.youtube.com/watch?v=mVscBHy9piI
El problema no reside en sopesar lo que ha costado tener la democracia, sino sopesar ¡Porque los que nos la quitaron siguieron en sus poltronas una vez acabado Franco!. La diferencia entre Alemania e Italia con España fue que ellos cortaron de tajo y crearon el tejido necesario para construir la democracia, mientras en España se hacía la vista gorda utilizando el continuismo y con eso es imposible crear nada. Por eso siguieron y siguen utilizándose cánticos y símbolos fascitas, por ello siguen habiendo monumentos franquistas ¡hasta en los cuarteles de la g. civil (según publicó una noticia de "El Pais") donde todavía tenían el águila con el yugo y las flechas. Y ya no digo las 8 fundaciones franquistas, con subvenciones estatales. De todo eso es impensable que países democráticos enunciados anteriormente lo tuvieran en el siglo XXI. Saludos
Siiiiiiii...claaaaaaro.
Este individuo lo único que ha sopesado ha sido su bolsillo.
Está claro que si el resultado hubiese salido Si no habría sido aceptado tanto por los de siempre como por los nostálgicos, hoy en día si se realizase ese referéndum y saliese Si tampoco sería aceptado por los de siempre, con la salvedad de que los que ahora dicen que no son franquistas lo aceptarían de cara a la galería.
Tenía razón, pareció una transición hacia una democracia. Casi todo el mundo se lo tragó, y algunos aún lo creen y hasta la llaman modélica.
Es lo que deberían hacer..
muchos tendrían que aprender o leer un poquito ... el problema es muchas personas no valoran ni conocen el esfuerzo que ha costado la democracia ...se creen que se la han regalado...
a buenas horas lo dice, vaya con el emerito.
Tenia bastante olfato politico,el campechano!