Decenas de miles de personas han asistido a la Plaza de Colón de Madrid para pedir -bajo la bandera de España- al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no indulte a los presos independentistas catalanes y lo han hecho en un acto en el que han estado presentes los líderes de la derecha, PP, Vox y Ciudadanos, pero que finalmente ha cerrado sin foto conjunta.
Los dirigentes del PP, Pablo Casado, de Vox, Santiago Abascal y de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se han ubicado alejados unos de otros y solo han intervenido antes del acto y fuera del recinto.
Así, el protagonismo lo ha tenido la Plataforma Cívica Unión 78, fundada por la expresidenta de UPyD Rosa Díez, que junto con el escritor Andrés Trapiello y el presidente de la organización, S'ha Acabat, Yerai Mellado, han leído varios manifiestos al pie del gran monumento de la plaza de Colón.
Todos han coincidido en acusar a Sánchez de «vender» una parte de España, «socavar la Constitución» y «ceder» a los independentistas por un «puñado de votos» al tiempo que han avisado de que volverán a concentrarse las veces que sea necesario en la misma plaza.
El acto se ha iniciado con una hora de retraso por problemas técnicos pero a las 12,00 horas las inmediaciones ya estaban a rebosar de personas, casi todas ataviadas con banderas, camisetas, gorras y hasta con paragüas de España para protegerse del sol.
Y es que mientras la delegación del Gobierno cifra en 25.000 los asistentes a la Plaza de Colón, los datos de la Policía Municipal de Madrid elevan la cifra a 126.000.
Una gran pancarta que decía «No es indulto, es chantaje, el separatismo oprime a los catalanes» y una gran bandera de España flanqueaban la zona reservada para la lectura de los manifiestos, toda vez que los concentrados también portaban carteles con lemas como: «Sánchez vete ya», «Majestad no firme» o «Sánchez mentiroso, embustero. Elecciones ya ya ya».
Tal como se preveía no se ha reeditado la foto de 2019 de Colón con PP, Vox y Cs -entonces contra la Mesa de Diálogo en Cataluña- y tanto Abascal como Arrimadas han coincidido en que la foto que se tenía que buscar es la de Sánchez con los «golpistas» del «procés».
La ex dirigente de UPyD Rosa Díez ha acusado al Gobierno de «pervertir» la democracia y «premiar a los enemigos declarados de la nación» y ha cerrado el acto pidiendo un minuto de silencio por las víctimas de la COVID-19 a lo que ha seguido el himno de España interpretado por un trompetista.
Una hora antes, los dirigentes de la derecha coincidían casi a la vez para hacer declaraciones. El líder del PP, Pablo Casado, pedía a Sánchez a las puertas de Génova que mirara «a la cara a los españoles» y explicara «por qué les quiere robar una parte de su nación».
«Sin ira, por España, por la Constitución y por la Justicia; España si, indultos no», reclamaba Casado mientras el líder de Vox, Santiago Abascal, ya en las inmediaciones de la Plaza, decía que veía «una España que no se va a dejar pisotear» y acusaba al Gobierno de hacerse fotos juntos al terrorismo y al golpismo.
Unos metros más allá, frente a la Biblioteca Nacional, Inés Arrimadas lamentaba que Sánchez «se arrodille» para ganar tiempo en la Moncloa y ceda ante «los golpistas» y subrayaba que «no es Cataluña la que se indulta con esto, lo que se indulta es a quienes han roto Cataluña».
Desde el Gobierno, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha insistido este domingo en una entrevista en La Vanguardia que los indultos a los presos independentistas están cerca y «llegarán pronto a la mesa del Consejo del Ministros», al tiempo que desde Córdoba ha afirmado que el acto de Colón es «la foto de la impotencia de no haber aceptado el PP la llegada del PSOE al poder».
Podemos, en boca de su nueva secretaria general, Ione Belarra, elegida precisamente este domingo como sucesora de Pablo Iglesias, ha pedido «pelear por un país mejor» frente al «odio» de las derechas «que vuelven a petrificarse en una foto en blanco y negro en la plaza de Colón».
Asimismo, el secretario general del grupo parlamentario socialista, Rafael Simancas, ha reclamado al PP un «ejercicio de patriotismo» para que coloque el interés general por encima de los cálculos partidistas, y ha reiterado que «necesitamos menos gritos y más lealtad, menos rencor y más solidaridad».
Las críticas a la concentración de Colón han llegado también desde ERC y mientras su líder en el Congreso, Gabriel Rufián, la comparaba con «una especie de narcosala de la ultraderecha en la que se va a repartir metadona de la mala», el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, reivindicaba en Twitter la amnistía, la autodeterminación y la independencia, «aunque el fascismo y la derecha rabien».