Si el trabajador mantiene toda la vida su trabajo la mochila le acompaña de todos modos, pudiendo adaptar esa prestación a un plan de pensiones o incluso legarla a las generaciones siguientes. | Redacción Ibiza

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La mochila austriaca es uno de esos temas recurrentes que de vez en cuando planean sobre la actualidad política y económica española. Qué es y en qué consiste. ¿Va a ser la panacea para solventar todos los problemas del sistema retributivo e impositivo español? Tras una década entre nosotros se ha escrito mucho y variado sobre ello. La mochila austriaca incide en el coste de despido por trabajador y repercute sobre efectos distintivos del mercado laboral español como por ejemplo la temporalidad, y la escasa flexibilidad tanto de empresas como de trabajadores.

La mochila austriaca es una especie de bolsa que acumula las indemnizaciones por despido de un empleado a modo de fondo de capitalización. Transcurre junto al trabajador a lo largo de toda su vida laboral de modo que la empresa abona una cantidad de dinero a ese fondo, que se hace efectivo en el momento de ser despedido. Si esa persona mantiene toda la vida su trabajo la mochila le acompaña de todos modos, pudiendo adaptar esa prestación a un plan de pensiones o incluso legarla a las generaciones siguientes. Ante un cambio de trabajo, la mochila austriaca se 'muda' junto con su propietario, protegiéndolo ante un eventual despido y auspiciando la movilidad en los puestos de trabajo. Ello también aplica en el caso de los emprendedores por cuenta propia.

Los especialistas vislumbran en este sentido una disminución de la incertidumbre, un estímulo de los movimientos en el mercado laboral y una mejor adecuación a las cargas de trabajo y demandas puntuales. Cuál es por ahora la historia de su 'no-implantación'. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero estudió aplicarla a través de Pedro Solbes y Elena Salgado, aunque la compleja situación económica derivada de la crisis crediticia global se llevó por delante al proyecto y al Gobierno en su conjunto.

Mariano Rajoy la llevó hasta su programa electoral en 2011, pero los acuciantes problemas de la economía española la dejaron en suspenso. Más adelante, en pleno apogeo liberal del Ciudadanos de Albert Rivera, el PP la volvió a rescatar ante la opinión pública. No hay que olvidar que el gurú económico de los naranjas, Luis Garicano, fue años antes uno de los firmantes de un manifiesto por la reactivación laboral que pedía fijarse en la receta austriaca.

El ala más cercana a los círculos empresariales del Gobierno de coalición no parece muy alejada de estos postulados. La ministra de Economía y Empresa Nadia Calviño ya ha apostado por el estímulo de los planes de pensiones en empresas con sistemas de pensiones complementarias acordados entre patronal y trabajadores. Aparentemente Calviño tiene en mente la idea de que la mochila austriaca adaptada al contexto español complementaría el sistema público de pensiones actual, un mastodonte que seca las cuentas y pone en jaque de forma continua la sostenibilidad de la Seguridad Social.

Por otro lado, tanto los sindicatos como algunos empresarios advierten que, en las actuales condiciones del mercado laboral en España, la mochila austriaca sería de compleja articulación. Algunos economistas apuntan que el mal menor sería un incremento del coste laboral. Otros ponen el foco en que se resentirían, o bien el amparo legal para los trabajadores, o bien el déficit de las arcas públicas.