«Estamos revisando las previsiones y no tenemos números concretos, pero las dinámicas apuntan a una inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) mayor de la que esperábamos», ha dicho el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, durante la presentación del informe. El porcentaje de bienes y servicios que registran tasas de inflación por encima del 2 % se ha incrementado de forma muy significativa, al pasar del 25 % en junio de 2021 al 65 % en marzo de 2022, según el informe.
Entre los elementos que más han subido se encuentran muchos productos de primera necesidad, por lo que la inflación está teniendo un impacto «extraordinariamente asimétrico» en la sociedad y son los hogares con rentas más bajas, menor nivel educativo y más edad los que se ven más afectados. El informe añade que en los últimos meses los hogares con menor renta (cuartil inferior) habrían soportado una tasa de inflación 1,2 puntos porcentuales superior a la que enfrentaron los hogares con mayor nivel de renta (cuartil superior).
Los alimentos, la electricidad, el gas y los otros combustibles explican, en conjunto, un 58 % de la inflación para los hogares con menor renta, un porcentaje que se reduce al 34 % en el caso de los hogares de renta más elevada. Por ello, Gavilán ha insistido en que se deben tomar las medidas necesarias para evitar los efectos de segunda vuelta, pero ha reconocido que si esta situación inflacionista se mantiene mucho tiempo será difícil conseguirlo y las consecuencias para la economía serán «muy importantes».
Una de esas medidas es el pacto de rentas, que según Gavilán ya se ha alcanzado «en la práctica» porque las empresas no han aplicado a los precios finales el incremento total de sus costes y los trabajadores no están teniendo subidas salariales que igualen la inflación. El Banco de España también ha insistido en incrementar el peso de la tributación por consumo, pasando al tipo general del 21 % del IVA productos y servicios que ahora pagan tipos reducidos (4 y 10 %), algo «deseable por eficiencia y por equidad», según Gavilán, quien ha insistido en que hay margen suficiente teniendo en cuenta que España está lejos de los niveles de otros países europeos. Con ese incremento de la recaudación se podría compensar a los hogares más vulnerables a través de rebajas fiscales en el IRPF o con impuestos negativos.
La fiscal es una de las grandes reformas que debe afrontar el país y uno de los grandes retos, se indica en el informe, en el que se añaden otros como reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones, potenciar la empleabilidad de los trabajadores mayores, reforzar las políticas activas de empleo, impulsar el trabajo estable e incrementar el capital humano y tecnológico. Favorecer el crecimiento empresarial, promover un aumento de la oferta de viviendas en alquiler y poner en marcha políticas que mitiguen la desigualdad de rentas son otras de las reformas que deben formar parte de una estrategia de país que debe ser «ambiciosa» y ponerse en marcha con «vocación de permanencia».
Según Gavilán, con estas reformas y con una selección «rigurosa» de proyectos que serán financiados con los fondos europeos Next Generation EU, la economía española podría incrementar su potencial de crecimiento anual hasta el 2 %. No obstante, el informe detalla que las perspectivas de la economía española son «muy inciertas» por el impacto de la guerra en Ucrania en un momento en que la recuperación de la actividad previa a la pandemia aún no se ha completado. Una recuperación que demuestra el peso de las actividades más afectadas por la pandemia en la economía, ha explicado Gavilán, quien ha reconocido que el empleo ha crecido «con mayor vigor» que el PIB, aunque con una gran heterogeneidad sectorial.
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