En su opinión, resulta «bochornoso que tengan que venir de la UE a regañarnos porque no hacemos las cosas bien», comenta sobre la reciente visita del comisario de Justicia, Didier Reynders, para intentar mediar en el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial. En el libro, que este jueves presenta el expresidente del Gobierno José María Aznar, argumenta que la Edad Contemporánea debería llamarse Edad Democrática, ya que es el sistema que ha permitido las mayores cotas de desarrollo y bienestar.
Se trata de un «manual sencillo del mundo en que vivimos», en el que explica «la democracia su éxito, su crisis y su futuro; el Estado, para qué sirve y para qué no debe de servir; la nación, sus éxitos y sus errores; los partidos políticos y los políticos, los jueces…. Todo lo que nos ha traído la democracia». «Es un alegato en favor de la democracia, porque creo que va a ganar el mundo y que acabará extendiéndose por África y Asia; pero también es una llamada de atención».
Así, además de un repaso a la historia y desarrollo de este sistema político, el libro «es un aviso a navegantes» en el que advierte que «la democracia autosatisfecha produce una insatisfacción que impulsa a los populismos», un problema que aqueja a la mayoría de las democracias más asentadas y que puede hacerlas zozobrar. Por eso, hay que cuidar y defenderla, ya que «un dictador, un demócrata mal elegido, una alianza estratégica con la nación equivocada o una decisión política errónea pueden llevar a una nación que prospera y crece (…) a dar al traste con todo y entrar en una vía equivocada durante décadas».
Para Michavila, el gran activo en el mundo global es la capacidad de generar confianza, entre personas, empresas, países..., mientras que «los países divididos generan desconfianza«. »Y ese es el gran drama de los países democráticos, la cada vez mayor división» que deriva de que los partidos antes peleaban «por generar confianza y ganar el centro, y ahora los grandes partidos se esfuerzan por conseguir que sus extremos no les quiten votos. Y eso no es».
Preguntado por cómo ve España, el exministro asegura que «con una gran oportunidad de hacer las cosas mejor. España tiene un futuro alentador, pero tenemos que tomar las decisiones acertadas» que impidan la división y permitan «que volvamos a la casa común de los españoles», esa que triunfó en 1978 y permitió la llegada de la democracia.
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Demócratas que no creen en la democracia. Si está quien está en las instituciones, será porque les han votado democráticamente, ¿no?