La sala sí ha aceptado la petición de la Fiscalía y la acusación particular de obligar al condenado a seguir un curso de reeducación sobre violencias sexuales y a comparecer periódicamente ante la autoridad judicial, además de prohibirle acercarse a lugares frecuentados por menores de edad. El pederasta tampoco podrá acudir en los próximos cinco años a los municipios de Terrassa y Matadepera (Barcelona), donde residen las víctimas de los abusos por los que fue condenado en 2016.
La Audiencia de Barcelona condenó a Carles S. a 14 años de cárcel -con un máximo de siete y medio de cumplimiento efectivo- y a otros siete de libertad vigilada por abusar sexualmente de cuatro menores en Terrassa. El condenado, no obstante, abandonó la prisión el pasado 25 de noviembre, una vez liquidada su pena de cárcel, sin que la justicia hubiera aprobado el correspondiente programa de libertad vigilada impuesto en la sentencia. Y eso que tanto la Fiscalía como el Departamento de Justicia consideran que presenta un «alto riesgo de reincidencia», dado que fue detenido en agosto pasado por volver a abusar supuestamente de varias niñas en la piscina municipal de Sant Vicenç de Castellet.
Ante esa situación, la Fiscalía propuso ya el pasado 3 de octubre una serie de medidas para la libertad vigilada del condenado, entre ellas el control telemático, y el juez de vigilancia les dio el visto bueno, a la espera de que las autorizara la sección novena de la Audiencia de Barcelona, como tribunal sentenciador. El pedófilo estaba en libertad condicional -a la que se puede acceder tras cumplir en prisión tres cuartas partes de la pena- cuando el pasado mes de agosto fue detenido de nuevo.
Tras la detención, el juez de Manresa avisó de la situación al juzgado de vigilancia penitenciaria que le revocó la libertad condicional y, aunque le fijó comparecencias periódicas ante la justicia, descartó su ingreso en prisión preventiva, como solicitaban las familias denunciantes -no así la Fiscalía-, pese a que faltaban apenas tres meses para que fuera excarcelado definitivamente. Cuando salió de prisión a finales de noviembre, el Departamento de Justicia se puso en contacto con la Fiscalía de Barcelona, como órgano competente en estos casos, para advertirle de que Carles S. presenta un «riesgo elevado de reincidencia» e informándole de los detalles del caso. Además, avisaron al Ministerio Público de que Carles S. pasará a vivir en lo que se conoce como «recurso residencial de la comunidad», gracias a una entidad que lo acoge, según fuentes del Departamento de Justicia.
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Ojalá reincida en algún miembr@ de la familia de la Audiencia de Barcelona.